La recuperación económica se ve de forma muy diferente en la Moncloa, en el Pignatelli y en la calle. El crecimiento y la creación de empleo del que presume cada día el Gobierno central recibió ayer un rotundo varapalo en las manifestaciones celebradas en Aragón con motivo del Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajador. Miles de personas secundaron ayer las convocatorias de los sindicatos, que llamaron a la movilización para hacer frente a las políticas de recortes, la precariedad del empleo y el empobrecimiento de los trabajadores.

«No se puede hablar de recuperación económica cuando el 90% de los contratos que se firman son temporales y con la precariedad laboral que hay. La clase obrera sigue en crisis y hay que decirlo alto y claro», remarcó el secretario general de CCOO Aragón, Julián Buey, en su discurso al término de la marcha principal llevada a cabo en Zaragoza por los dos principales sindicatos bajo el lema No hay excusas. En la misma idea incidió su homólogo en UGT, Daniel Alastuey: «La crisis ha arrasado con el empleo y las condiciones de trabajo. Hay que pasar a la ofensiva. Ya es hora de recuperar lo que nos han quitado».

La protesta, que partió a las 11.30 horas de la plaza de San Miguel y concluyó sobre las 13.00 horas en el Paraninfo, reunió a unas 10.000 personas, según la organización, cifra que la Delegación del Gobierno rebajó a 3.000 asistentes. Pese a este contraste de números, la participación fue muy superior a la estimada por ambas partes en la manifestación del pasado año (3.000 y 750 personas, respectivamente).

«Hace un buen día y el rojo es un color bonito». Así arrancó su discurso Alastuey, que aprovechó su intervención para agradecer a su homólogo de CCOO el trabajo realizado en los 13 años que lleva al frente de la organización, cuyo testigo cederá en el congreso regional que se celebra dentro de dos semanas.

Desigualdad y corrupción / Ambos sindicalistas clamaron contra el desigual reparto de la riqueza. «Llevamos tres años de crecimiento económico del PIB, pero este está yendo íntegramente al bolsillo de las minorías y las élites de nuestro país», enfatizó Buey, quien reivindicó los empleos «dignos y bien remunerados» como la «mejor manera de distribución la riqueza».

Alastuey puso cifras a este desequilibrio: «El país produce ya lo mismo que en el 2008, pero con la diferencia de que los trabajadores han perdido 33.000 millones de euros y los empresarios ahora ganan 8.000 millones más». «Sabíamos que no era una crisis sino una estafa y ahora lo estamos comprobando», concluyó el líder ugetista.

Los mensajes contra la corrupción política fueron también muy repetidos por los sindicatos. «Estamos hartos de la corrupción, que nos asola por todas partes», apuntó Buey. «Este país no puede soportar ya más corrrupción», aseveró el dirigente de UGT. Ambas centrales expresaron asimismo su malestar con los partidos de la izquierda por sus continuas peleas y la «incapacidad» para formar un gobierno alternativo al de Mariano Rajoy. «Sin unidad de acción, seguirá gobernando la derecha», lamentó Alastuey, quien reclamó a las formaciones progresistas «que representen a los trabajadores» y dejen a un lado «sus luchas particulares». En la misma línea, Buey exigió que no renuncien «a la posibilidad de otro gobierno que cambie las cosas». La derogación de la reforma laboral del PP, el desbloqueo de la negociación del Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC) y el fortalecimiento del sistema público de pensiones fueron otras de las demandas lanzadas por UGT y CCOO.

Llamamiento a los jóvenes / El día acompañó y la manifestación, además de ser más numerosa que las anteriores, contó con una presencia de jóvenes mayor que otras veces. Pese a ser uno de los colectivos más perjudicados por la crisis, los sindicatos son conscientes de que el rejuvenecimiento de sus filas es uno de los caballos de batalla a los que se enfrentan. Así lo plasmaron los dos líderes sindicales en sus discursos, en los que animaron a los jóvenes a sumarse a la lucha sindical. «Hay que transmitir a nuestros hijos el orgullo de la clase obrera», proclamó Alastuey, mientras que Buey confió en que con la renovación de su organización se logre ese objetivo.

Otras manifestaciones / Más jóvenes se vieron en la manifestación alternativa convocada por los sindicatos minoritarios, que partió a las 12 horas de la plaza Salamero. Nuevamente, OSTA, CGT e Intersindical de Aragón se desmarcaron de las grandes centrales y llevaron a cabo su propia marcha, a la que también se sumaron las organizaciones de Colla Sindical (CATA, CUT, ISTA, SASA y SOA). La participación rondó las 2.000 personas, según los convocantes (500 personas, a juicio de la Delegación del Gobierno). Hubo una tercera protesta en Zaragoza, organizada por CNT, que discurrió por el mismo recorrido que la manifestación principal, pero media hora más tarde.