Las autoridades sanitarias aragonesas mantienen activa la alerta ante posibles casos de ébola. Así lo exige el Ministerio de Sanidad a raíz de la epidemia del virus en África y que obliga a los sanitarios de la comunidad a estrechar la vigilancia para detectar posibles síntomas asociados con la enfermedad.

En este sentido, desde el Departamento de Sanidad del Gobierno aragonés se asegura que el protocolo que se llevaría a cabo ante una nueva sospecha sería "exactamente igual" al adoptado la pasada semana, cuando se activó ante la sospecha de un caso de ébola en una persona de 38 años que había estado recientemente en Guinea Conakry aunque las pruebas descartaron que padeciera el virus, sino malaria.

El hospital Royo Villanova de la capital aragonesa, que dispone de 5 habitaciones destinadas a acoger a este tipo de pacientes, será el centro de referencia en caso de nuevas sospechas, salvo que el afectado sea un niño o una mujer embarazada, que serían ingresados en el Miguel Servet. Además, en caso de confirmarse el ébola, el departamento solicitará a Madrid el fármaco experimental disponible contra la enfermedad. De hecho, Sanidad ya había elaborado el parte de solicitud urgente en caso de que el ingresado el pasado viernes hubiera dado positivo.

Los médicos de Primaria y Atención Especializada tienen instrucciones de volver a activar el protocolo en base a criterios clínicos --fiebre superior a 38,3° grados y manifestaciones hemorrágicas o al menos 2 de los siguientes síntomas: mialgias, cefalea, odinofagia, vómitos o diarrea-- o si el paciente ha estado en una de las áreas donde ha habido casos de ébola o ha estado en contacto con algún afectado las tres semanas previas al inicio de los síntomas.

Desde que se activó la alerta hasta el pasado miércoles, cuando el ingresado fue dado de alta, Salud Pública sometió a controles a una veintena de personas relacionadas con el paciente, entre sanitarios y familiares.

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