La primera edición del Premio Aragonés al Emprendimiento Social, que se ha celebrado hoy en el Edificio Paraninfo de Zaragoza, ha reconocido el papel de proyectos sociales que se han desarrollado en la Comunidad y que, desde la innovación, contribuyen a crear riqueza y a dinamizar el territorio.

Este reconocimiento, el primero de estas características que se otorga en Aragón, ha recaído, en la categoría de 'Emprendimiento social', en la empresa 'Apadrina un olivo'.

Desde Oliete, un pequeño municipio turolense con una acentuada pérdida de población, esta iniciativa ha conseguido recuperar 100.000 olivos centenarios y crear empleo social, poniendo en valor los recursos naturales del territorio.

En esta misma categoría, y dado el nivel de los finalistas, la organización de los premios ha decidido a última hora otorgar un accésit a Senderos de Teja, una empresa social nacida con una misión: mantener los pueblos vivos, de forma sostenible mediante actuaciones adaptadas a cada territorio.

Por otro lado, en la categoría de empresa social, el premio ha sido para Pensumo, un proyecto que ha desarrollado un sistema en el que las empresas premian al consumidor por cada uno de sus comportamientos responsables.

En total, han optado a este premio once proyectos finalistas.

Todos ellos son iniciativas nacidas en Aragón y que no siempre han sido reconocidas como se merecen, ha reconocido Gastón, a pesar del "beneficio" que generan a la sociedad aragonesa, desde la innovación.

Según ha explicado Gastón, el Gobierno de Aragón ha querido impulsar un premio de estas características desde el inicio de la legislatura, dando cabida también a otras experiencias destacadas de emprendimiento social que han completado el programa del certamen.

Así, antes de conocer a los premiados, Pablo Sánchez, un joven ingeniero mecánico de 28 años, ha contado cómo fundó 'Bridge for Billions', una incubadora de empresas online que automatiza los procesos, para ayudar a cualquier emprendedor a crear su empresas de la mano de mentores de todo el mundo.

Hasta ahora, según ha puntualizado, colaboran con cerca de 300 empresas de 41 países diferentes, con un crecimiento "bestial" desde su creación en 2013.

Por su parte, José Moncada, fundador y director de La Bolsa Social, ha explicado cómo fundó la primera plataforma de financiación participativa autorizada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en España.

Esta herramienta conecta proyectos sociales de empresas con inversores interesados en invertir en iniciativas que mejoren la sociedad y respeten el medio ambiente, ha resaltado.

Otra de las experiencias profesionales que se han escuchado en este foro ha sido la de la científica Pilar Mateo, responsable de ocho familias de patentes en más de cien países del mundo.

Su actividad se ha centrado en el desarrollo de productos de alta tecnología con su propia técnica de microencapsulación polimérica, para erradicar enfermedades mortales que se extienden por causa de la pobreza.

Mateo es la responsable de la empresa que invertirá 6 millones de euros en una planta de alta tecnología en Villel en la provincia de Teruel y que ha sido declarada por el Gobierno de Aragón un proyecto de Interés Autonómico.