Pese a los intentos recentralizadores y la creciente demonización del Estado autonómico, Aragón se sigue situando entre las regiones europeas con mayor voto autonomista. A pesar de que se encuentra en el momento con menos respaldo electoral, las opciones aragonesistas siguen teniendo un peso específico considerable, y una media de la evolución del voto entre 1981 y 2011 indica que ronda entre el 20% y el 30%, porcentaje solo equiparable al de lugares con un hondo sentir nacionalista: Flandes, Tirol, Escocia, Cataluña o País Vasco.

PAR y CHA acumulan el mayor porcentaje de los votos autonomistas, aunque hay otras opciones que acumulan en total alrededor de 5.000 votos y que tienen incluso algún concejal, como Compromiso con Aragón, Puyalón de Cuchas, Estau Aragonés o la inactiva Iniciativa Aragonesa. A su vez, el aragonesismo político se ampara en diversas fundaciones como la Gaspar Torrente, la 29 de junio, Rolde de Estudios Aragoneses (con una vocación cultural) o Aragonexistas y existe incluso un sindicato de clase con vocación aragonesista: OSTA.

LA AUTONOMÍA COMO PROBLEMA / Tanto los barómetros del CIS como los resultados electorales y los sondeos que antes publicaba el Gobierno indican que entre el 50% y el 65% de los aragoneses sienten un profundo aprecio por su identidad y consideran que Aragón debería tener más autogobierno. Incluso un 15% ±en ocasiones ha sido el 18%± se considera aragonés únicamente, y no español. Si bien es cierto que alrededor de un 60% se considera tan aragonés como español.

Cierto es que, unida a esta realidad, hay otra evidente: cada vez hay más intentos de disolución del autonomismo y un discurso ±que cala± que trata de demonizar las cuestiones identitarias. Mientras algunas fuerzas solo apelan a la personalidad aragonesa para reafirmar posiciones centralistas y condenar posturas secesionistas, se está produciendo un fenómeno de involución autonómica que coincide a la vez con el momento más profundo de la crisis.

Es más, cuando los datos socioeconómicos de Aragón se acercan más a los de comunidades con un menor índice de desarrollo, también se equiparan a ellas ±donde el bipartidismo es una aplastante realidad± en los datos identitarios. El último barómetro del CIS confirmó esta realidad: una gran parte de los aragoneses consideraron que la autonomía era un problema. Solo manchegos y murcianos tenían opiniones más negativas.

140 AÑOS DEL EMBRIÓN / Este año se cumplen 140 años del primer intento de Estatuto propio. La Constitución Federal del Estado aragonés que redactó el periodista Juan Pedro Barcelona. Y está próximo a cumplirse el centenario de las Bases para un Estatuto de la Región Aragonesa dentro del Estado español, impulsadas en 1919 por un sector burgués y librepensador aglutinado en la Unión Aragonesa. De ese embrión surgieron en parte las dos tendencias aragonesistas actuales: el conservador, eminentemente rural y pequeñoburgués del PAR y el progresista, urbano e intelectual de CHA, que a su vez bebe del PSA de los inicios de la transición de 1978. Desde entonces, con más o menos altibajos, se ha ido produciendo esa tendencia de voto autonomista que ronda porcentajes en torno al 20% y el 30%.

A diferencia de otras comunidades con partidos nacionales propios, las profundas diferencias ideológicas en lo social han impedido durante toda la transición una alianza estable de ambas formaciones para reclamar con más ahínco el autogobierno y la autonomía