Un goteo incesante de personas despidió ayer al cofundador del PSA, diputado constituyente, primer Justicia de Aragón y poeta, Emilio Gastón, en la capilla ardiente instalada durante la tarde en la sede del Justiciazgo. Dos palabras fueron las más repetidas para definirle entre políticos, amigos y ciudadanos que dieron a darle el último adiós: compromiso y bondad.

El féretro de Gastón reposaba sobre las coronas de las instituciones aragonesas, entre ellas la enseña real entregada por el Gobierno de Aragón y que es la misma que se ofrece al monumento del Justicia todos los 20 de diciembre, en una costumbre que el propio Gastón instauró durante su época al frente de la institución. Junto a ellas, su obra poética, una estrelada de la Fundación Gaspar Torrente, las insignias del Colegio de Abogados, las Cortes de Aragón y la Akademia del Esperanto (porque también fue un destacado esperantista) y un ejemplar del Estatuto abierto por la página que regula el Justiciazgo. También la última bandera aragonesa que ondeó en la sede del PSA. En el interior del féretro, dos de los bienes que quizá más ilusión le harían y con las que se despidió de la vida: una flor de Edelweis y una seta, ambos entregados por sus hijos Elena y Rafael.

'TUS RÍOS VIVOS'

Las dos primeras coronas en llegar, aparte de las institucionales, las de Coagret y Biscarrués. De tus ríos vivos, rezaba una de ellas. Porque Gastón defendió el agua y se remojó contra los trasvases, como también lo hizo por el patrimonio al ser miembro fundador de Apudepa. Se suelen llamar causas perdidas a las que generalmente son las más justas, y en ellas Gastón invirtió gran parte de los 83 años de su vida.

El mundo de Emilio Gastón era el del Edelweis y las setas de su amado valle de Hecho, donde posiblemente descansen sus retos definitivamente. Centenares de personas transmitieron su cariño a su viuda, Mary Carmen Gascón, muy emocionada, a su hermano Enrique y a su hija Elena, presentes en una capilla ardiente que a las cuatro recibió el féretro, ante los respetos del Justicia en funciones, Fernando García Vicente.

Las primeras autoridades públicas en llegar fueron los diputados de Podemos Maru Díaz y Marta de Santos (muy afectada tras compartir años de lucha en defensa de los ríos) y el vicepresidente de las Cortes, Antonio Torres, junto a su compañera del PP, Marían Orós. Poco después lo hizo la portavoz de este partido, Mar Vaquero.

AUTORIDADES Y AMIGOS

A las cinco y cuarto de la tarde llegaron el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve y el edil Fernando Rivarés. Un cuarto de hora más tarde el presidente de Aragón, Javier Lambán, junto al vicepresidente de las Cortes, Florencio García Madrigal, y el portavoz parlamentario del PSOE, Javier Sada. Todos departieron un rato con la familia de Gastón y reconocieron su figura en una jornada de escasas declaraciones y elevado grado de sentimiento. También visitaron la capilla ardiente el coordinador regional de IU, Álvaro Sanz, la portavoz de esta formación, Patricia Luquin o la concejala socialista Lola Campos.

Entre los amigos, de los primeros en llegar fueron Juana de Grandes y sus hijas, Ángela y Paula Labordeta, íntimas amigas de Gastón, compañero indispensable en mil batallas de José Antonio Labordeta, quien ayer, de una manera indirecta, estuvo también en la memoria de muchos. Otro de los amigos y compañero en esas causas perdidas/justas fueron Eloy Fernández Clemente, Gonzalo Borrás, Ramón Salanova o Luis Germán. Además de estos amigos, parte de los supervivientes de aquella primera generación del Aragón democrático, como Ángel Cristóbal Montes y Antonio Piazuelo, que por aquel 1977 ocuparon escaño en el Congreso por el PSOE mientras que Gastón lo hacía por el PSA. Santiago Marraco, expresidente de Aragón y amigo, también asistió, al igual que el expresidente aragonés en la etapa de Gastón como Justicia, Hipólito Gómez de las Roces y el cofundador del PAR, José María Mur.

CHA, el partido que heredó parte del ideario del PSA, también estuvo ampliamente representado. Desde su presidente, José Luis Soro, a la directora general de Vivienda, Mayte Andreu, o el diputado provincial Bizén Fuster. También históricos de la formación, como Chesús Bernal, José Antonio Acero o Miguel Gargallo. Por la cultura rindieron su homenaje escritores como Ismael Grasa, Fernando Sanmartín o Cristina Grande, y músicos como Santiago del Campo.

La lista de visitantes fue extensa, y al cierre de la capilla ardiente, más de 2.000 personas, muchos de ellos ciudadanos que recordaban la sonriente estampa del Gastón que fue Justicia en unos años en los que la ilusión por la autonomía era creciente, habían pasado por el velatorio. También hubo homenajes fuera de Zaragoza, como el que rindieron los vecinos de Artieda, símbolo de la resistencia antipantanera, en el municipio. Prácticamente todo el pueblo participó en una ofrenda floral junto a una de las esculturas que el artista hizo para el municipio.

Al homenaje popular que ayer se brindó a Gastón en su despedida se le une el que organizará las Cortes el próximo martes, día 30, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Ahí se glosará la figura de este hombre utópico que soñó con nubes y hombres abrazados en la fraternidad que siempre defendió.