Aragón, que trabaja desde el 2008 en la biovigilancia de los trasplantes de órganos y de tejidos, tan solo ha registrado en estos nueve años tres casos de transmisión de enfermedades por parte del paciente donante al receptor. Así lo aseguró ayer José Ignacio Sánchez Miret, el coordinador de trasplantes en la comunidad, con motivo de la celebración en Zaragoza de la XVII Reunión Nacional de Invierno de Coordinadores de Trasplantes.

La biovigilancia se inicia por parte del profesional que está en el entorno de la donación, que es quien tiene que comunicarlo. El objetivo de este programa es notificar y registrar los incidentes, efectos y reacciones adversas que pueden resultar del uso terapéutico de órganos, tejidos y células de origen humano. De este modo, mediante un registro se logra que no haya riesgos a la hora de hacer el trasplante, «o que estos sean los menores», dijo Sánchez Miret.

«Es importante que si hay una situación anómala se notifique al coordinador en las primeras 24 horas para iniciar el proceso de comunicación a la organización nacional y a Europa», añadió. Las enfermedades transmisibles podrían suponer «un grave percance en el receptor», pero a través de la biovigilancia se previenen estas posibles infecciones.

«Cuando una persona dona órganos y tejidos los receptores pueden ser varios, por lo que es importante que se detecte este fenómeno y se notifique para que se resuelva el problema», dijo. De hecho, la normativa europea obliga a comunicar este tipo de incidencias cuando los tejidos puedan llegar del extranjero y a poner en común procedimientos para detectar este tipo de complicaciones. «La biovigilancia es importante para órganos, pero también para tejidos, porque se pueden donar muchos más. Eso hace que si hay una infección o transmisión de un tumor, el riesgo es mucho mayor», añadió Sánchez Miret.

Satisfacción / Por otro lado, el coordinador autonómico se mostró «muy contento» por el reciente balance de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) que deja a Aragón entre las comunidades más solidarias. «Siento una gran satisfacción por el incremento, pero especialmente por esa subida de un 200% en donantes de médula. Fue un año de récord y esa cifra, tan buena, rompe con todos los moldes que teníamos hasta ahora», apuntó Sánchez Miret.

Además, durante el 2016, el 88% de las familias en Aragón concedió la donación de órganos, un cifra superior a la media nacional. Así, en los hospitales registraron en el 2016 a 53 donantes cadáver, lo que permitió realizar 148 trasplantes de hígado, riñón, corazón —en este último el incremento fue del 43% sobre el año anterior —, y la cesión de 49 órganos para ser trasplantados a personas en otras comunidades.