Cataluña es la comunidad con peor competitividad fiscal después de Extremadura y Aragón, según el índice autonómico que clasifica a las distintas autonomías por su capacidad de competir fiscalmente para retener y atraer empresas y profesionales, generando actividad económica y empleo.

El primer Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF), dirigido por la economista Cristina Berechet y presentado hoy en Madrid por la Unión de Contribuyentes, mide la política fiscal de las comunidades teniendo en cuenta los tramos autonómicos de los grandes impuestos y los tributos cedidos a las regiones, entre otras variables.

Extremadura, con 4,72, y Cataluña, con 4,75, son las peor situadas, mientras que País Vasco -con las tres diputaciones forales por encima de 7, excepto Guipúzcoa-, Madrid (6,83) y Canarias (6,49) son las comunidades más competitivas fiscalmente, según este índice que tiene una escala del 0 al 10.

La comunidad catalana es una de las tres únicas que no alcanzan a aprobar en competitividad fiscal, junto a Aragón y Extremadura, y los subíndices que lastran su posición en competitividad fiscal son los del impuesto sobre la Renta, Transmisiones Patrimoniales y Patrimonio.