Podemos espera que la celebración de la asamblea de Vistalegre el próximo fin de semana ponga fin a un proceso de debate interno que se ha visto acrecentado por la sobrexposición mediática. Pero su resultado, sea cual sea, obligará a remover las hasta ahora tranquilas aguas de la formación en Aragón. La probable salida de Pablo Echenique como secretario general en Aragón supondrá iniciar un periodo de relevo que podría poner en riesgo la paz interna de la que siempre presume la formación en la comunidad.

Por el momento, las distintas familias van perfilándose en los apoyos a las listas nacionales. Echenique es el número cinco en la candidatura de Pablo Iglesias para el control de la cúpula estatal, una posición en la que es difícil que no salga elegido. El que también es secretario de organización estatal coloca en un puesto más retrasado (el 36) a la diputada Erika Sánz, su enlace más directo con un grupo parlamentario del que se ha distanciado en los últimos meses por su gestión estatal. Además, está acompañado por María Graziano, miembro de la mesa ciudadana de Aragón y muy vinculada al entorno echeniquista.

El resto de listas también cuentan con aragoneses en la pugna, hasta sumar nueve en total. La candidatura de Íñigo Errejón se conforma con reclutar a la que fuera candidata al Congreso de los Diputados por Teruel, María Galindo. Aparece en el número 51, un escalafón bastante bajo para considerarlo un guiño significativo al apoyo que la presidenta de las Cortes, Violeta Barba, o la portavoz parlamentaria, Maru Díaz, han mostrado a la lista Recuperar la ilusión.

Los anticapitalistas liderados por Miguel Urbán tienen un peso destacado dentro del aparato aragonés, que se refleja con dos nombres con aspiraciones en el órgano estatal. Por un lado la ribagorzana Feli Benítez y por el otro la activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Begoña Leza. Las dos fueron elegidas en un proceso de primarias interno, algo que destaca el secretario de organización del partido, Román Sierra, cara visible de la corriente Podemos en movimiento.

Para los cuatro puestos reservados en el consejo ciudadano a los círculos desde Aragón se proponen tres nombres: desde la Jacetania, Pilar Acín; desde Zaragoza, Alfredo Casal y desde el círculo sectorial de medio ambiente, Ana Sánchez.

Y en el aire queda el equilibrio interno en Aragón. Hasta ahora el liderazgo de Echenique no era puesto en duda por ninguno de los sectores, pero el desgaste que la gestión de la negociación presupuestaria ha generado en el grupo parlamentario ha hecho aflorar algunas tensiones. La prórroga deja sin margen de maniobra a la propia cámara autonómica (que preside Podemos a través de Barba) y pone en riesgo la puesta en marcha de leyes sociales que han salido adelante gracias al trabajo minucioso en las comisiones, como la de pobreza energética o la de garantías sociales.

El partido por ahora no ha decretado un zafarrancho que se fía a los resultados de la semana que viene. Aunque todas las listas hablan de cambios no todos se aplicarían a la misma velocidad. El calendario oficial prevé para febrero del 2018 la asamblea autonómica en la que se revisará la Ejecutiva. «No se puede adelantar ningún escenario», indicó Sierra. Otros diputados consultados también prefieren mantener la calma, aunque adelantan que no se pondrán «de perfil» en el caso de que sea necesario dar un paso adelante.

El entorno de Echenique asegura que la decisión sobre su futuro todavía no ha sido tomada. Así, aún es pronto para avanzar qué sucederá o qué rostros protagonizarán la futura asamblea. Lo que está claro es que se acerca un periodo con mucho movimiento en las filas aragonesas de Podemos.