Las denuncias por exceso de velocidad en los 20 kilómetros de la A-1503, entre Illueca y la autovía A-2, preocupan a los hosteleros y comerciantes de la comarca del Aranda, que creen que a la larga puede afectar a la afluencia de turistas y compradores de calzado que llegan todos los fines de semana.

«Si los automovilistas se encuentran con una multa al volver a casa, van a pensar que los zapatos le salen por un precio exorbitante», señala el responsable de uno de los almacenes especializados en la venta de calzado a precio reducido.

Se trata de un radar móvil que trae a maltraer incluso a los habitantes de la zona, que además tienen que vérselas con una carretera de trazado sinuoso, con fuertes y repentinos desniveles y tramos en mal estado.

«Los conductores se quejan de que la carretera, que está llena de peligros, no se halla bien señalizada, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente», apunta un hostelero de Illueca.

No se trata de un problema menor. Incluso los ayuntamientos de la comarca y los fabricantes de calzado han mostrado su preocupación por el radar. En el fondo, consideran que no se puede esquilmar al visitante de fin de semana, que bastante tiene con conducir por una ruta incómoda y que registra un elevado tráfico incluso entre semana.

Sin embargo, los más perjudicados son los clientes ocasionales que, a menudo, adquieren zapatos y ropa deportiva para toda la familia y los amigos.