El juez ha zanjado el caso de la supuesta desaparición de 240 kilos de fuegos artificiales que el Ayuntamiento de Jaca había contratado para la traca de fin de fiestas de Santa Orosia, el año pasado. La causa se archivó definitivamente el pasado 21 de marzo, al no haberse encontrado pruebas que desmintieran la versión que dio la proveedora del material, Pirotecnia Zaragozana. Según esta, el problema del cambio de peso no se produjo por una retirada del material, sino a un cambio en los fuegos.

Según informaron fuentes de la propia empresa, el escrito refleja que no se han encontrado irregularidades en la carta de porte, y tampoco la citada sustitución provocó ninguna "merma sensible" en la duración o espectacularidad del castillo de fuegos artificiales del fin de fiestas. No hubo quejas al respecto entre los asistentes, de las que el juzgado tuviese constancia, ni tampoco por parte del consistorio jacetano. Este ya anunció al darse a conocer el problema que era ajeno a la investigación, y la única medida que tomó fue posponer el pago hasta que se solventara. Por lo que, presumiblemente, ya habrán acordado este pago.

PESAJE El problema se descubrió en las fiestas del pasado verano, con los fuegos contratados para la traca final de fiestas del 29 de junio. El ayuntamiento había contratado la compra de 410 kilos, pero los investigadores pesaron 165 de material real.

El alcalde de la localidad, Víctor Barrio, mostró desde el principio su confianza en que el asunto se solventase pronto, e incluso se reunió con los responsables de la empresa para recibir las explicaciones pertinentes. Desde el principio anunció que el consistorio se declaraba "ajeno" al problema, por lo que no tómo parte en el proceso judicial y la investigación de la Guardia Civil que se estableció por la diferencia de pesos.

Pese a la llamativa merma, que escamó a los vecinos al conocerla, ninguno de los asistentes advirtió un cambio respecto a lo esperable en esta traca final, uno de los motivos principales para que los investigadores aceptasen la versión de los proveedores, según la cual el problema se debió únicamente a un cambio en el producto.