El arreglo del último derrumbe en la Facultad de Filosofía y Letras le supondrá a la Universidad de Zaragoza un desembolso de alrededor de 60.000 euros, aunque esta cifra, a la espera de que se reciban todas las facturas, podría ser menor. «Es una estimación y creemos que podría bajar, pero nos movemos en ese gasto. El plazo ha comenzado, los trabajos ya están en marcha y lo siguiente será esperar el suministro del material», apuntó ayer a este diario Francisco Serón, vicerrector de Infraestructuras del campus aragonés.

El desplome el pasado viernes de una parte del techo en el despacho de una profesora, en la cuarta planta, obliga a los técnicos ahora a reforzar la estructura mediante la colocación de una malla de sujeción sostenida perimetralmente. Serón aseguró que «la probabilidad de que vuelva a ocurrir un hecho similar es bajísima, pero el impacto es muy alto por los problemas que genera», indicó el vicerrector. «Es evidente que requiere una actuación por un procedimiento de emergencia, porque es algo grave, pero lo más importante es que no hubo daños personales», indicó.

El acceso a la tercera y cuarta planta se ha restringido durante un mes para los profesores, mientras que alrededor de 350 alumnos ya han sido reubicados en otros centros del campus para seguir con las clases afectadas.

Por otro lado, el decano Eliseo Serrano insistió ayer en que se necesita «una reforma integral, urgente y sin dilación ni un minuto más» e indicó que «la pelea está en la DGA, donde hay un problema de Hacienda», apostilló. «Todo el mundo es conocedor de las dificultades de liquidez y de dinero. Hay que hacer presión porque no nos pueden tener cinco años de obras. Hay que sacar el dinero de donde sea porque esto es insoportable», criticó.

Ayer mismo se firmaron los papeles para que la licitación de obra se publique la próxima semana en el boletín europeo.