La Policía reveló ayer el arresto, el pasado 7 de noviembre, de un presunto pedófilo zaragozano en cuyo ordenador encontraron, además de los archivos de pornografía infantil que esperaron, miles de imágenes de personas que no supieron identificar. Los investigadores descubrieron que se trataba de vecinos de Zaragoza, a los espiaba a través de las cámaras web de sus ordenadores una vez que lograba controlarlos. El arrestado, J. G. S., de 34 años, fue puesto en libertad con cargos por el juez y continúa viviendo en la calle Diez de Agosto del barrio zaragozano de San José. Según fuentes policiales, el peritaje informático del contenido de sus ordenadores aún no ha determinado si distribuyó las imágenes privadas que obtenía de sus vecinos.

La detención del zaragozano se produjo en el marco de una operación contra la distribución de material pedófilo a través de programas de intercambio de archivos Peer to Peer, P2P. La Policía arrestó a J. G. S. el pasado 7 de noviembre, y se incautó de su ordenador, en el cual encontraron 500 archivos de pornografía infantil que compartía en internet. Pero en el registro de su domicilio encontraron encontraron además "miles de imágenes de la vida íntima y sexual de cientos de vecinos".

EXPERTO Según concluyeron los investigadores, J. G. S., operario de una fábrica de electrodomésticos, era en su tiempo libre un experto informático que lograba vulnerar la seguridad de las redes wifi con las que se conectaban a internet los vecinos, al menos de su zona.

Según fuentes de la investigación, el término vecino tendría en este caso un sentido amplio, que explicaría los cientos de casos de afectados. De hecho, no mantenía ningún tipo de interacción con las víctimas de su espionaje por ordenador. En cualquier caso, según fuentes oficiales del Cuerpo Nacional de Policía, las víctimas del espionaje han sido convenientemente avisadas antes de hacer pública la detención.

Una vez rota la seguridad de la red de conexión, el joven introducía en los equipos un virus tipo troyano, que le permitía controlar casi por completo los ordenadores de los afectados. Algo parecido a un programa de ayuda técnica remota, de los que utilizan las compañías proveedoras de internet, pero que no necesita contar con el permiso del usuario para ser activado.

CÁMARAS Mediante este sistema, según la Policía, el arrestado lograba obtener archivos privados de los usuarios, y activar las cámaras web de sus ordenadores portátiles. Con este método recababa imágenes íntimas y de carácter sexual de los usuarios, de forma inadvertida, donde quiera que estos trasladasen sus equipos informáticos. La Policía mencionó videos captados en el baño o el dormitorio, entre otros ejemplos de los que halló en los archivos incautados.

El jefe del grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Judicial de Zaragoza rehusó proporcionar excesivos detalles del programa, para no facilitar la labor de futuros imitadores, pero sí aseguró que era inusual y muy complejo.

Con él, J. G. S. podía obtener archivos, contraseñas de diversos servicios web y espiar conversaciones en redes sociales. De hecho, podía manejar varios ordenadores a la vez, obteniendo así un ingente caudal de imágenes. Aunque de ellas seleccionaba las de índole sexual. Incluso, en determinadas circunstancias, podía encender el ordenador sin que el usuario se diera cuenta.

Por todo ello, al arrestado en zaragoza, al que le imputaban en un principio solo un delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, le añaden uno de revelación de secretos, por los que deberá responder en un futuro juicio.

Un experto informático consultado por este diario aseguró que el hecho de piratear redes wifi, incluso protegidas por contraseña, está a la orden del día, aunque hay formas sencillas de complicar el proceso, aún a nivel usuario.

La introducción de un virus troyano es algo más compleja, aunque no es difícil encontrar páginas web donde se explique cómo introducir estos programas de control, e incluso donde se venden programas específicos por dinero contante y sonante o, incluso dinero virtual.

La Policía vigila constantemente este tipo de páginas y contenidos, particularmente los de pornografía infantil. Pero, según explicó el jefe de Delitos Tecnológicos, no se habían enfrentado hasta ahora a un software tan avanzado, que permitiera este tipo de control. "Le permitía muchas posibilidades", aseguró el investigador.