La Guardia Civil arrestó el pasado mes de julio a un vecino de Alagón de 63 años, Mariano O. M., como presunto responsable del expolio de al menos 2.000 restos arqueológicos en Aragón y comunidades limítrofes, fundamentalmente celtibéricos y pertenecientes al yacimiento de Aranda de Moncayo.

La operación deriva de la ejecutada en febrero de este año, bautizada Helmet (casco en alemán) y en la que arrestaron a otro vecino de Illueca, Ricardo G. P., en cuyo poder hallaron otras 4.000 piezas. El instituto armado no considera cerrada la investigación, que partió de las fiscalías de Medio Ambiente del Supremo y de Zaragoza y que actualmente instruye el Juzgado número 2 de La Almunia. El levantamiento del secreto de sumario estaba previsto para esta misma semana, pero es posible que esta nueva operación lo retrase.

SUBASTAS

La investigación nació de la denuncia de un arqueólogo alemán, que a finales del año pasado comunicó a las autoridades españolas que unos cascos que iban a ser subastados en Alemania --finalmente se paralizó el proceso-- corresponderían al yacimiento de Arátikos, en Aranda. Una fotografía del vecino de Illueca en una red social, en la que posaba con un casco celtibérico de características similares, puso a la Guardia Civil tras su pista, y finalmente fue arrestado. Le decomisaron el citado material --cascos, falcatas (espadas), munición de honda...--, y detectores de metales que los vecinos de la comarca le habían visto utilizar; según él, hace más de 15 años, con lo que el delito habría prescrito.

En la operación fue imputada una segunda persona, y el análisis de la documentación incautada condujo al inicio de la operación Helmet II, explotada el pasado mes de julio. En ella se arrestó a Mariano O. M. que, como los otros, quedó en libertad con cargos tras declarar ante la Guardia Civil.

SALÍAN A 'PITEAR'

Según fuentes del instituto armado, el último detenido habría sido compañero de Ricardo G. P., con el que salía a pitear, como llaman los aficionados a buscar restos con el detector de metales, por los pitidos que indican el hallazgo.

En los registros de sus domicilios de Alagón, el distrito zaragozano de Universidad y la ebanistería que regenta en un polígono industrial de Utebo encontraron más de 2.000 piezas entre las que se incluirían un casco, puntas de flecha, monedas, falcatas, cerámica y broches, habituales en los enterramientos celtíberos. No todas corresponden a esta cultura, y los técnicos de Patrimonio de la DGA, que colaboraron en el operativo, se encargan de analizarlos y catalogarlos.

El arrestado regentaba hace unos años un comercio de detectores de metales, y en su poder encontraron mapas cartográficos de varios yacimientos de Zaragoza y otras provincias. Los investigadores barajan la hipótesis de que los objetos hallados en su poder --algunos expuestos en su casa, la mayoría apilados-- serían los menos valiosos, al haber vendido las joyas, como los cascos que iban a ser subastados.