El popular simpa, marcharse sin pagar de un local, está teniendo últimamente destacados ejemplos en las noticias. En Zaragoza, la Policía Nacional informó ayer del arresto de otro representante de este gremio, un joven al que calculan un agujero de 500 euros en una decena de locales de la capital aragonesa.

Hasta ahora al parecer había tenido éxito, pero en su último intento de cenar gratis los agentes de Seguridad Ciudadana, previo aviso de los propietarios del local, le dieron el alto. El presunto, moroso, A. M. G. M., de 32 años, dejó una cuenta de 49 euros.

Los investigadores de la comisaría del Actur ya le seguían la pista, ya que en los últimos ocho meses había hecho exactamente lo mismo en otros nueve locales.

Según explicaron fuentes policiales, el joven no escogía restaurantes excesivamente caros -al menos, a juzgar por esta última incursión-, pero sí que elegía productos de calidad, tanto en cuanto a comida como en la bebida, para acumular unas cuentas considerables.

La Policía le imputa un delito de estafa, aunque judicialmente habrá que ver si se considera la actividad en su conjunto o por separado, ya que en este segundo caso cada cuenta no pasaría de delito leve (antigua falta) y el posible castigo sería considerablemente menor.

El moroso gourmet cuenta con algún predecesor en Zaragoza, como el ciudadano británico de origen iraní que, el pasado mes de enero, fue detenido tras haberse alojado sin pagar en nueve hoteles de la capital aragonesa. En aquella ocasión el instrumento utilizado fue una tarjeta sin fondos, y el estropicio para los hosteleros fue bastante mayor, de 4.500 euros en total. El hombre reservaba a través de una web de búsqueda de alojamientos en la que tenía un buen perfil, ya que era usuario habitual de hoteles. Y el hecho de que la Visa apareciese vinculada a la empresa también contribuía a disipar cualquier sospecha que pudieran tener los hoteleros.

Ambos ejemplos aragoneses palidecen en comparación con algunos de los casos que han trascendido en los últimos meses a nivel nacional. Por ejemplo, con otro de la misma especialidad que el anterior, con una técnica muy similar, que logró estafar 7.000 euros en 13 hoteles de lujo madrileños en los que se alojó.

Por encima de todos destacan los simpas multitudinarios en banquetes de boda y bautizo en Ponferrada y León, en los que todos los invitados se fueron sin pagar, hasta haciendo la conga.