Aragón ha liderado en el último año el auge de los trasplantes, que han crecido un 20% con respecto al 2014, y también ha evidenciado un incremento del número de donantes. En este contexto, la demanda del piso de acogida que posee la Asociación de Enfermos y Trasplantados Hepáticos de Aragón (AETHA) se ha disparado.

La vivienda, con tres habitaciones y dos camas en cada una de ellas, está ubicada cerca del hospital Clínico de Zaragoza y más de 60 familias hacen uso de ella al año. "La demanda ha crecido mucho y ya pensamos en poder alquilar otro piso, un poco más pequeño, para el año que viene", apuntó ayer Luis Miguel Barrachina, presidente de AETHA.

El objetivo es poder dar una vivienda a pacientes y a sus familiares durante el trasplante, la recuperación y cualquier ingreso por rechazo de órganos, recaídas o revisiones periódicas. "Nos encontramos con muchos casos de gente que viene del Pirineo, de pueblos de Teruel o de Huesca que tienen que quedarse varios días en Zaragoza. Pagarse un hotel, las comidas y todo lo demás consideramos que es un gasto que nosotros podemos suplir de este modo", precisó Barrachina. Este proyecto se desarrolla desde el 2001. "Al principio hubo épocas donde alguna de las habitaciones estaba vacía. Ahora es impensable", añadió.

Las unidades de trabajo social de los hospitales aragoneses saben de la existencia de este piso de acogida y en ocasiones derivan casos no solo de la enfermedad o trasplante hepático, sino también de otras patologías cuando hay disponibilidad.

"Hablamos de 900 pernoctaciones al años entre las 3 habitaciones, no solo de aragoneses, sino también de comunidades limítrofes", precisó Barrachina, quien añadió que en algún momento la solidaridad ha llevado a que los socios de AETHA han prestado sus casas para el alojamiento de familiares de pacientes hepáticos.

Los gastos de la vivienda corren a cargo de la asociación aragonesa en un 50%, mientras que la otra mitad se subvenciona con las ayudas de ayudas de las Diputaciones de Teruel o Huesca, según Barrachina.