El autobús urbano de Zaragoza regresa hoy a los paros parciales en el servicio dos años después de que se firmara, en abril del 2016, la última tregua tras sufrir la huelga más larga de la historia en el transporte público en la ciudad. La dirección de Avanza y su comité de empresa concluyeron su reunión en el Servicio Aragonés de Mediación Arbitraje (SAMA) sin acuerdo y con los responsables de la concesionaria levantándose de la mesa al no ver ninguna posibilidad de entendimiento. En desaveniencia se cerraba el diálogo que, aunque ambas partes tienden la mano a retomarlo, ahora no tiene fecha para hacerlo.

Mientras, se daba la peculiaridad de que, mientras proseguía la discusión en el SAMA, que culminó en torno a las 19.00 horas, la plantilla ya estaba votando en referéndum si realizaban hoy los paros parciales o no desde por la mañana. Y el resultado final, pasada la medianoche, dejaba un ajustado 52,9% apoyando la huelga. De los 1.123 empleados llamdos a las urnas, solo lo hicieron 623 (un 55,47%). De ellos, 330 dijeron que sí a hacerla, otros 280 la rechazaron (un 44,9%), 11 votaron en blanco y dos fueron nulos. Los trabajadores ratificaban así la convocatoria y desde hoy, todos los sábados y domingos hasta el 6 de mayo (el 21, 22, 28 y 29 de abril, y el 5 y 6 de mayo), el servicio se verá afectado de 13.00 a 16.00 horas.

Solo seis jornadas de molestias a los usuarios que, no obstante, dejan tras de sí diferencias irreconciliables. José manuel Montañés, del comité de empresa, recordó a los ciudadanos que «gran parte de las reivindicaciones tienen que ver con la mejora del servicio», por lo que «es favorable para los trabajadores pero también para los usuarios». «Es evidente que no queremos hacer huelga, pero cuando el ayuntamiento y la empresa no ponen soluciones, no dejan otro remedio», añadió.

Respecto a lo ocurido ayer en el SAMA, destacó la «voluntad de llegar a acuerdos» de la representación sindical que, explicó, llegó a «aceptar dos de los sietes puntos en litigio», los referidos a los talleres. Del resto, ni un avance. «Entendemos que ellos también debían mover su postura y no lo hicieron», añadió..

La dirección manifestó que presentó «propuestas de mejora razonables para acercar posturas, pero que nunca fueron suficientes» y que era el comité el que tenía «una postura alejada de toda voluntad negociadora». «Hemos demostrado que no tenían fundamento los incumplimientos que señalaba el comité», manifestó. Y apostilló que «levantarse de la mesa no significa que no se quiera seguir dialogando».