Esta semana se cumplirán dos años del conocido crimen de Reyes en el murió tiroteado el joven dominicano Ariel Carrasco en un pase de cocaína en su vivienda de la calle Navas de Tolosa, en Zaragoza. Después de este tiempo los autores del asesinato, dos jóvenes oriundos del mismo país que la víctima, siguen en busca y captura internacional. El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón los tiene identificados, si bien la detención de los mismos y la posterior repatriación depende de las autoridades del país en el que se cree que están.

Mientras esto llega, el titular del Juzgado de Instrucción número 12 de Zaragoza, Alfonso Tello, ha decidido avanzar en la investigación y realizar una pieza separada para ir resolviendo el caso poco a poco. Es por ello que el que, al parecer, hizo de chófer de los asesinos, Wilson Rhadames Peña Rodríguez, será juzgado en solitario como supuesto autor de un delito contra la salud pública, de robo con violencia en casa habitada y tenencia de armas. Justifica esta decisión el magistrado, destacando que este hombre permanece en prisión provisional desde su arresto en Panamá en mayo del 2016.

El instructor considera que este hombre, defendido por el abogado Alejandro Giménez, fue el que estuvo en contacto con el fallecido para hacer la operación de droga que tuvo este trágico desenlace. Apunta a que él y los dos prófugos se presentaron en la casa de Ariel Carrasco con la intención de quitarle la cocaína utilizando para ello unas armas de fuego que llevaban. Tras ello, se fugaron y el vehículo que utilizaron lo abandonaron en Madrid.

Wilson Rhadames Peña Rodríguez señaló ante el juez que él hizo de «chófer» de unos que le dijeron que «iban a hacer negocios a Zaragoza». Por ello cobró 150 euros y relató que tras el golpe mortal, los dos sospechosos se montaron en el vehículo y le dijeron que no preguntara nada y que corriera a Madrid. Cumplió la orden y ya no supo más sobre el paradero de ambos.