Centenares de hogares y negocios del centro de Zaragoza amanecieron ayer con un apagón que a las 7.00 horas les dejó sin luz. Un total de 800 clientes, según los datos oficiales de la compañía, que afectó a una zona bastante amplia que iba desde el entorno de la universidad hasta la puerta del Carmen dejando sin suministro a todos los que estaban enganchados a la línea de media tensión que sufrió la desconexión, dependiente de la subestación de la plaza Paraíso, y que se originó por una avería en el centro transformador de la calle Cánovas, que tuvo que ser sustituido prolongando durante siete horas la afección a hogares, negocios y al tráfico rodado.

MAÑANA DE «CAOS» // Hasta ocho intersecciones en vías de alta capacidad se quedaron sin semáforos en el momento de la avería y caída del suministro. La Policía Local tuvo que intervenir de urgencia para regular el tráfico en vías por las que circulan miles de vehículos cada día. A esa hora eran menos, pero en dos de ellos, en los cruces de las calles Cortes de Aragón y del Carmen, y la de Hernán Cortés y Pérez Galdós se prolongaron hasta el mediodía.

En torno a las 13.30 horas aseguró Endesa que se había sustituido el transformador averiado de Cánovas. Algunos de los afectados hasta las dos de la tarde no recuperaron la «normalidad». Como Pedro Fernández, propietario de la pastelería Beyma, en Cortes de Aragón, que sufrió siete horas de corte de suministro, que se iniciaron cuando se disponía a hornear decenas de barras de pan y productos de bollería para abrir las puertas como un día normal. Y en el transcurso de la mañana veía cómo todos los productos de la cámara frigorífica y la pastelería y repostería «se echan a perder rápidamente» porque necesitaban del frío que no tenían. «Esto es un caos y un desastre para nosotros», lamentaba sin atreverse a estimar las pérdidas aún.

El mismo frío que necesitaban los productos de la charcutería de Jesús Yunquera, en la calle Pérez Galdós, que aguardaba inquieto que se restableciera el servicio «para que no se echen a perder todos los productos». A pocos metros de allí, en el mercado de Cánovas la actividad era inexistente, prácticamente a oscuras y solo con algunos mostradores que se atrevían a abrir poniendo velas.

Esperaban a que los operarios de Endesa se afanaran a sustituir ese transformador averiado, una complicada operación que se prolongó durante más de cuatro horas. Aunque para entonces «solo eran 200 los afectados», aseguraron desde la compañía, que aseveraron que tras la primera media hora de apagón, 600 clientes recuperaron el suministro. Una afección «mínima», apostillaron.