Las denuncias por violencia machista rara vez llegan del entorno de las víctimas, a menudo desconocedoras del calvario por el que pasan estas. Pero cualquier ayuda puede ser vital para dar a conocer la situación, incluso si llega del otro lado del océano, como la que anteayer por la noche originó el arresto de un presunto maltratador en la pedanía oscense de Apiés. Fue la hija de la víctima la que llamó desde Colombia a Huesca para dar cuenta de la situación de su madre.

Según informó la Policía Local de Huesca, la comisaría del Cuerpo en la capital altoaragonesa recibió el aviso sobre las 21.15 horas de anteayer. Una joven colombiana les explicó que acababa de hablar con su madre y esta le había explicado el maltrato -psicológico, en ningún momento físico, aclaró la Policía- al que estaba siendo sometida la mujer.

Ante la llamada, una patrulla se desplazó a la cercana localidad, a la dirección que les había dado la hija desde el país suramericano. Y allí, efectivamente, hallaron a la víctima, que corroboró la información que había dado a la denunciante.

Según explicaron fuentes del cuerpo, al tener indicios más que suficientes (que rehusaron detallar) de que la información era veraz, podrían haber actuado de oficio y arrestar al supuesto agresor, pero en esta ocasión la propia víctima aceptó interponer denuncia por estos hechos. El hombre fue arrestado y ayer por la mañana fue puesto a disposición judicial, sin que se pudiera averiguar en qué situación quedó.

Mientras, la mujer fue trasladada a dependencias policiales de cara a inciar los trámites para recibir la ayuda que necesite mientras se gestiona la causa judicial contra su presunto agresor.

Según detallaron las mismas fuentes a Efe, ya habían intevenido hace un tiempo en la misma pareja a raíz de otra llamada de la hija, pero en aquella ocasión la madre no quiso denunciar ni encontraron indicios de que la situación fuese peligrosa.

El hecho de que la violencia machista no salga a la luz hasta que ocurre algo que motiva la actuación policial, y de que sea la propia víctima la que tenga que denunciarlo, no es solo una impresión sino que viene corroborado por las cifras del Poder Judicial.

De hecho, según las últimas cifras correspondientes al primer trimestre de este año, durante el mismo se produjeron en Aragón más de diez denuncias diarias por violencia sobre la mujer. Y del total de 931 efectuadas, solo 13 fueron interpuestas por los familiares de las afectadas, y eso tras haber intervenido las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Dos tercios de las mismas (637) las interpuso la propia víctima, igualmente tras haber tenido que recurrir a la Policía o la Guardia Civil, y en 246 de los casos fueron los propios agentes quienes la cursaron de oficio.

El resto se reparten entre los partes de lesiones recibidos de Sanidad en el juzgado, o bien de Servicios Sociales, pero siguen siendo porcentajes muy residuales respecto al total.