El Ayuntamiento de Zaragoza y la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) buscan una solución técnica que ayude a reparar, durante el periodo de estiaje, una de las siete compuertas que componen el azud del Ebro, a la altura del barrio de Vadorrey. Tienen que arreglar la avería que sufrió el pasado día 10 y que la mantiene bajada, dejando pasar libremente el agua. Pero es un peligro para los deportistas que realizan actividades acuáticas, y se ha señalizado avisando del riesgo.

Cada compuerta metálica, de 22,5 metros de longitud, actúa sobre la lámina del río para lograr un embalsamiento artificial que dota al cauce de mayor profundidad. La averiada es la más próxima a Vadorrey y comenzó a fallar a finales del pasado año.