Una bandera española de 18 metros cuadrados ondeará de forma permanente en el mástil colocado tras el monumento al Justiciazgo de la plaza de Aragón de Zaragoza. La enseña, izada ayer en un acto castrense, fue donada por el Ministerio de Defensa al ayuntamiento tras presidir los actos del Día de las Fuerzas Armadas, cuyo desfile central se celebró en la ciudad el 1 de junio. Hoy será retirada para instalar el escenario que acogerá las actuaciones de las fiestas del Pilar en el Paseo Independencia, aunque volverá a ser colocada cuando este sea desmontado.

El acto congregó a un millar de ciudadanos, una veintena de los cuales enarboló banderas aragonesas esteladas y cantó eslóganes de rechazo a la enseña estatal a los que parte del resto de los asistentes respondió con aplausos y gritos de apoyo al izado, considerado por el consistorio "un honor". Los opositores arrancaron las primeras palmas al corear un "Ista bandera, au d´astí" --"esta bandera, fuera de aquí", en aragonés--, momento al que le siguió el cruce de gritos de "Aragón" e "Independencia" con otros de "España".

El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, vio pintoresco el episodio: "Siempre hay personas que quieren estropear actos de este tipo, pero el sentimiento independentista en Aragón no pasa de ser mero folclore". Los nacionalistas, dijo, hicieron "un poco el indio, pero no tiene mayor importancia. La gente ha reaccionado de forma espontánea".

Por su parte, el Inspector General del Ejército, el general Fernando Torres, que se refirió a la "convivencia necesaria" entre Ejército y ciudadanos para garantizar la seguridad, indicó en su discurso que la Guerra de la Independencia "nos recuerda que el pueblo aragonés y el Ejército lucharon juntos por la libertad".

Tras el izado, Belloch presidió en la Puerta del Carmen el homenaje a los defensores de Zaragoza en los Sitios, que incluyó un desfile militar y la participación de un grupo recreacionista de Voluntarios de Aragón vestido de época que disparó un cañón desde el histórico pórtico.

Después, en la plaza del Portillo fueron homenajeadas las heroínas de 1808 y entregadas las medallas de Defensoras de la Ciudad a la escritora Soledad Puértolas, la bioquímica Cristina Nerín, la empresaria Pilar de Yarza y la directora del Seminario de Investigación para la Paz, Carmen Magallón.