Los barcos que recorren el río Ebro a su paso de Zaragoza no han tenido un buen inicio de campaña. Esta vez, la culpa no es de las averías del navío, sino del fuerte viento que ha acompañado al inicio del verano. Durante los dos meses que el servicio lleva en marcha, no han podido salir a navegar 12 días. Las expectativas de la concesionaria eran alcanzar los 20.000 usuarios en esta temporada pero, en lo que va de campaña, ya han perdido alrededor de 3.500 pasajeros, según la empresa. Una situación que resta margen a la viabilidad de este negocio, que arrastra problemas de solvencia desde su creación en los años de la Expo del 2008.

"En el último mes (por julio) solamente se ha podido navegar ocho días", explicó el responsable de la concesionaria, David Morte. La causa ha sido el fuerte viento. La embarcación, el Félix de Azara II, tiene mayor nivel de flotabilidad que otros años, lo que mejora su navegación por un río tan peculiar como el Ebro. Su lado negativo es que, cuando hace viento, se tambalea demasiado por lo que no puede salir a navegar. Los anteriores barcos podían circular con un viento de hasta 30 kilómetros por horas. Ahora no.

Además, según informó la contrata, durante los días de cierzo el Ayuntamiento de Zaragoza retiró el embarcadero de la Expo para evitar el suceso de junio del año pasado cuando, por la fuerza de la corriente del río, se soltó el embarcadero y quedó enganchado en el azud de Vadorrey.

PRECAUCIÓN "Hace una semana el caudal era muy alto, unos 400 metros cúbicos por segundos y a partir 180 ya no se puede faenar por precaución", explicó Morte. Así que, entre el viento y el caudal, de los 45 días de campaña, 12 han tenido el barco atracado. "Las pérdidas económicas son considerables", indicó Morte que lamentó que el "el balance no es nada positivo porque hemos perdido unos 3.500 pasajeros respecto al año pasado".

Lo que resta de verano tiene que ser muy positivo para poder recuperarse, precisó. La concesionaria confía en que así sea. "Cuando hace buen tiempo la gente responde", indicó. El tercer fin de semana de julio casi 400 personas recorrieron el Ebro a flote. 180 el sábado y 210 el domingo.

El año pasado, con el estreno del Félix de Azara II --su adquisición costó 100.000 euros-- se batió récord en asistencia. Más de 14.000 personas se subieron a la embarcación. De ellos, un 70% residían en Zaragoza. Para este año se confiaba en alcanzar más de 20.000 usuarios. Una cifra todavía posible teniendo en cuenta que contarán con dos meses más de explotación que en el 2013.