La contaminación en los locales de hostelería de Zaragoza como consecuencia del humo del tabaco es hasta ocho veces mayor que la cifra recomendada por las autoridades sanitarias y diez veces mayor de la que se registra en la calle. Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Zaragoza, que ha analizado un total de 111 establecimientos de la capital aragonesa, convirtiéndose de este modo en el primero en España que incluye un número tan elevado de locales.

Una de las principales conclusiones del documento es también la necesidad de proteger a los trabajadores de la hostelería --y de endurecer la ley antitabaco, en consecuencia--, que están sometidos a esta contaminación ambiental durante más de ocho horas diarias. De hecho, se calcula que un millar muere cada año como consecuencia de una patología asociada al humo del tabaco.

El trabajo, que forma parte de la tesis doctoral de la médico de familia Carmen Alayeto y ha sido tutelado por la responsable de la Unidad de Tabaquismo de la universidad, Isabel Nerín, ha medido el nivel de contaminación por partículas finas respirables, tanto en los locales de más de cien metros cuadrados con separación de zonas --se realizaron mediciones en ambas-- como en los pequeños, en los que mayoritariamente se puede fumar.

En los pubs se hallaron estas partículas --procedentes en un 95% del humo del tabaco-- en una proporción de 450,33 microgramos por metro cúbico; en bares y cafeterías, en 265,04; en restaurantes se hallaron 161,12 microgramos por metro cúbico. Estableciendo una comparativa, la contaminación media en las calles de Zaragoza es de 25,5 microgramos por metro cúbico y la cifra que las autoridades sanitarias recomiendan no sobrepasar es de 65 microgramos. En los locales sin humo, los niveles solo llegan a 7,25 y, en los restaurantes, a 12,75.

Para Rodrigo Córdoba, portavoz de la Comisión Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT) en Aragón, la conclusión es clara: "El nivel de contaminación en los bares es tal que si esse dieran en las calles el Estado decretaría una alarma ambiental e impediría a la gente salir al exterior".

LA SEPARACIÓN, INÚTIL

De este modo, el estudio también pone de manifiesto que en los locales pequeños que se fuma la contaminación es 22 veces mayor que en los libres de humo y 33 veces más en las zonas de los establecimientos grandes en los que se permite fumar. En este sentido, Córdoba hizo hincapié en que no tiene "sentido científico" promover la separación de zonas como solución --"una idea que puede ser atractiva porque parece que así se conjugan los derechos de fumadores y no fumadores"--, ya que los niveles de contaminación en las zonas de no fumadores en los locales grandes con separación siguen siendo superiores al que se dan en la calle. "Los sistemas de ventilación solo funcionan cuando no se fuma", insistió.

Con estos argumentos, los investigadores reclamaron el endurecimiento de la ley antitabaco "por coherencia", sobre todo por la salud de los trabajadores de la hostelería. Según sus datos, la exposición media de los camareros es por lo menos tres veces superior a la de las personas que conviven con fumadores. De hecho indicaron, el tabaco es responsable de la muerte de 1.000 trabajadores de hostelería cada año por enfermedades relacionadas con el humo del tabaco.

Una exposición que es acumulativa, ya que a más horas de exposición más riesgos. Según indicó Córdoba, el tabaquismo pasivo es la tercera causa de muerte prevenible en España y supone unas 3.200 muertes anuales. La primera es el tabaquismo activo, con 53.000 fallecimientos al año, y la segunda el abuso del alcohol, con 8.500.

"La única forma de conciliar derechos de fumadores y no fumadores es permitiendo fumar exclusivamente en el exterior, en las terrazas. También el riesgo personal de un fumador se incrementa en un 30% al consumir el tabaco dentro de un establecimiento en el que se fume", indicó el portavoz del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo.