El PP en Aragón sigue manteniendo una mano tendida al Ejecutivo socialista aunque el «desastre» les pudiera resultar más rentable políticamente. El líder de los conservadores, Luis María Beamonte, realizó esta reflexión tras mantener un encuentro con el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, en la que también pidió «buena voluntad y seriedad» de cara a los temas que se abordarán en la próxima comisión bilateral, que fechó en junio.

Para Beamonte es fundamental que «los dos grandes partidos aragoneses» acuerden «sin estridencias» una posición común en asuntos como la financiación autonómica, el bienestar social, la descontaminación del lindano o las infraestrututras relacionadas con el agua. «Existen diferencias, pero es fundamental mantener la voluntad de diálogo», expresó.

En el encuentro con Mariano Rajoy también se abordará la financiación del eje Cantábrico-Mediterráneo, la reapertura del Canfranc o un convenio que garantice el fondo para Teruel.

Sin compromisos ni plazos concretos, el líder de la oposición también pidió un acuerdo entre el PSOE y el PP a la hora de decidir la renovación de cargos en el Justicia de Aragón o la Cámara de Cuentas. En todo caso, reconoció que el momento político para el Ejecutivo de Lambán es «complejo», así que aceptó esperar un tiempo para que las cosas «sean más fáciles», en referencia a la negociación presupuestaria con Podemos, todavía pendiente de una decisión que deberá tomar la militancia.

La relación entre los dos líderes está teniendo distintos grados de tensión desde que el popular tomara las riendas del partido. Beamonte se mostró cordial en su primera intervención en las Cortes de Aragón, pero desde las filas socialistas rechazaron el ofrecimiento, de forma que el tono se endureció en intervenciones posteriores. Poco a poco, la tensión se ha reducido excepto en asuntos puntuales como la situación de la educación concertada. «El respeto también forma parte de la política», indicó.