Que las relaciones entre el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza no están bien es algo palpable, y que el canon de saneamiento ha dinamitado cualquier tregua, es más que evidente. Se pudo comprobar ayer, en el acto en el que se celebraba la entrada de la Fundación Picarral en el Club Empresa 400, un reconocimiento a su trabajo que estuvo salpicada por las diferencias que separan a ambas instituciones, no tanto en las formas como en el contenido de las intervenciones de la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, y el alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, que volvían a coincidir, más de un año después, en un acto público.

Pocos gestos se dedicaron en su reencuentro. Como reconocía el alcalde después de las intervenciones, el canon de saneamiento ha complicado mucho la relación y se mantiene firme en que "si no se alcanza un acuerdo antes del 31 de diciembre para evitar ese agravio comparativo con Zaragoza, acudiremos a los tribunales, y estamos estudiando la posibilidad de acudir al Constitucional de manera directa o indirecta". "Hay que intentarlo y, si no, que los jueces decidan, porque tal y como está redactado supone un grave atentado contra la autonomía municipal". Unas palabras que no tuvieron réplica porque Rudi ni siquiera aceptó preguntas de los medios. Y un día antes de que el vicealcalde, Fernando Gimeno, tenga una nueva reunión con la DGA en el edificio Pignatelli.

Ha sido un largo paréntesis que el alcalde le recordó a Rudi a las primeras de cambio. "Con Luisa no coincidía desde hace un año o algo así", bromeó Belloch, quien se apresuró a anunciar públicamente su compromiso de que "no se rebajará ni un euro" la subvención a esta fundación en el presupuesto del 2013, "siempre y cuando tengamos el apoyo suficiente", en referencia a CHA e IU. Una promesa que la presidenta evitó. Alabó el trabajo, pero de dinero no dijo nada.

Y eso que la propia fundación se lo recordó de forma explícita. Su presidenta, Teresa Soro, recriminó a ambos los recortes que llevan sufriendo en la financiación y la "burocracia" que afecta al retraso en el cobro de ayudas. "Las vacas cada vez son más flacas y llegan tarde", dijo mientras apuntó que "podríamos hacer más con más ayuda" y que "actuaciones que son tan válidas no pueden dejarse caer".