Las tres bibliotecas dependientes del Gobierno de Aragón en Zaragoza, Huesca y Teruel registraron durante el 2015 —último año estadístico completo— 822.000 visitas y 145.000 socios, lo que significa una gran recuperación, dado que se han incrementado las cifras en 19.000 visitantes y 3.500 socios respecto al ejercicio 2014. La programación de actividades y la reapertura de las bibliotecas los sábados, tras cuatro años cerradas, han sido algunos de los motivos de esta tendencia positiva.

Los datos del 2016 no pueden compararse todavía, ya que no se ha cerrado el año, aunque según informó ayer el Departamento de Educación en octubre se habían superado ya los 613.000 visitantes. Así, teniendo en cuenta que el recuento se hace tras los meses de julio y agosto, se estima que haya un incremento significativo y «se iguale o superen las cifras del 2015», según la DGA.

«Aún no hemos acabado el 2016, pero creemos que también será positivo. Por ejemplo, todavía faltan de tres meses para acabar el año, pero en la Biblioteca de Zaragoza ya se han superado el número de actividades y asistentes del pasado», aseguró el director de este centro, Alberto Lafarga. En cuanto a préstamos, en el 2015 se alcanzaron 366.000. «Venimos de varios años de muy poca inversión bibliográfica y eso se nota, pues el usuario busca sobre todo la novedad actual», explicó Lafarga. En el ejercicio 2016 se ha casi duplicado el gasto de adquisiciones bibliográficas —de 43.000 a 82.000 euros—, aunque es pronto para evaluar su efecto sobre las cifras de préstamos.

«También nos encontramos con un usuario nuevo, que dispone de fuentes virtuales de información y lectura a compartir con las oportunidades que les ofrecen las bibliotecas y esa realidad ha venido para quedarse», detalló el director.

Homenaje

Por otro lado, los tres centros de la comunidad celebraron ayer el Día de las Bibliotecas con un homenaje al libro y con espacios abiertos a los nuevos usos. En las entradas de los centros se colocaron una selección de obras en las que las bibliotecas son el escenario principal de su trama. Además, en la de la capital aragonesa se puso a disposición de los usuarios una sala de trabajo en grupo, para aquellos que necesitan romper el silencio de la lectura individual. Por la tarde se proyectó gratuitamente la película Fahrenheit 451, un alegato en la defensa de la libertad intelectual y de expresión y una crítica a cualquier forma de censura.

El director general de Cultura y Patrimonio, Nacho Escuín, señaló que las bibliotecas «son un lugar de encuentro en el que no solo se pueden consultar fondos o convivir con el fondo bibliográfico aragonés, sino que permite asistir a las numerosas actividades de carácter cultural», dijo.

«Desde el departamento se apostó por las bibliotecas con acciones, como la apertura los sábados, y se ha continuado con la estrategia de hacer de ellas un lugar para todos», añadió.