Quién dijo frío. Zaragoza, ciudad del viento, como cantan Violadores del Verso. Sí. Ciudad del viento. Y de ciclistas. Varios cientos de ellos se desnudaron ayer y recorrieron las calles más céntricas para reivindicar una movilidad más razonable y sostenible.

El color del desnudo sobre el asfalto es llamativo, luminoso. La ciudad se paralizaba al ver pasar a los ciclistas, con su música, sus gritos reivindicativos, sus pitos. "Cada mañana cuando cogemos nuestros bicis nos sentimos desnudos, frágiles frente al tráfico. Yo voy todos los días a trabajar con este medio de transporte y en ocasiones te sientes indefensa", contaba Almudena García, portavoz de la coordinadora ciclonudista de Aragón.

El recorrido al desnudo partió desde la plaza de España, animado por los sonidos de los tambores, que pusieron el ritmo a un acto reivindicativo que este año celebraba su octava edición. "El ayuntamiento nos ha puesto un carril por la acera que solo tiene un concepto de ocio. No está pensado para facilitar los desplazamientos por la ciudad. Nosotros no queremos ocupar el espacio de los peatones", denunciaba Almudena.

Cerca de ella, y aún vestida, Rosa bailaba al ritmo de los timbales. Sus brazos y sus rostros estaban pintados emulando una calavera. "Cuando voy en bicicleta por la ciudad me quedo seca, muerta, desnuda por la dificultades con las que me encuentro. El carril que tenemos en Zaragoza es solo de cara a la galería. Bajas por paseo Echegaray y, sorpresa, cuando llegas al puente de Santiago, resulta que el carril no continúa, no tienes manera de seguir", contaba.

La mayoría de los participantes en esta marcha ciclonudista eran jóvenes. Aunque no todos. María Socorro, a sus 65 años y recién operada, también se animó a salir a la calle con su bici. "He estado en todas las ediciones. No me lo podía perder en esta ocasión. Yo utilizo todos los días este medio y me parece que no nos facilitan nada la movilidad", explicaba.

A su lado, el autodenominado Komando Anti-Fluvi, integrado por unos doce miembros, se preparaba para salir. "A los ciclistas nos respetan muy poco. Este ayuntamiento no nos hace ningún caso y los conductores de coches, tampoco", se quejaba Adrián Gracia. "Queremos más carriles para los ciclistas y menos Expo", espetó. "Se habla mucho de las ciudades sostenibles y de la movilidad, pero en realidad a los políticos les importa muy poco. Nos falta mucho todavía para llegar a los niveles de Europa", declaraba Fernando poco antes de iniciar el recorrido por paseo Independencia.

Y sí. A las siete en punto, todos vestidos, cogieron sus bicis y recorrieron el paseo ante la mirada atenta de los paseantes. En la plaza Paraíso se despojaron de sus ropajes. Ya desnudos volvieron a bajar por Independencia. Desafiaban al viento con sus cuerpos a la intemperie. Quién dijo frío. La bicicleta es una fe que mueve montañas... y pedales. Ayer fue un día para sentirse frágil ante el tráfico. No cabe duda, las bicis son para el desnudo. Y si es verano, mejor.