El Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza ha aprobado hoy una propuesta de CHA, por unanimidad tras ser transaccionada, para que el consistorio aplique un descuento en los títulos de transporte públicos como medida de compensación a la ciudadanía por los perjuicios causados por la huelga de autobús urbano.

El descuento se aplicará al precio del billete, los abonos y las tarjetas y será el Servicio de Movilidad del Ayuntamiento el que estudiará la cuantía que se rebajará, la duración del descuento y cuándo entrará en vigor esta medida, según el texto finalmente aprobado.

El texto de CHA solicitaba una rebaja del 18 por ciento en el precio del transporte público y que se aplicara tantos días como dure la huelga, lo que implicaría que el billete sencillo costaría 0,13 euros menos.

La moción también incluye un primer punto en el que se exige al alcalde que encabece la mediación entre el comité y la empresa Auzsa, que también ha salido adelante pero no ha contado con el respaldo de los nueve concejales de ZeC.

Para la concejala proponente, Leticia Crespo (CHA), después de 105 días de huelga la gente cuestiona a los interlocutores en el conflicto del bus y se siente "abandonada" por el gobierno de la ciudad, que ni siquiera ha sondeado la opción de la mediación externa, que propuso su grupo ya en diciembre, no ha aplicado "ni una sola" medida drástica como anunció y no es hasta el 16 de marzo cuando decide sentar a las partes.

Por ello, ha pedido que se acabe ya con este "disparate", que ha supuesto un "descrédito" para el propio servicio público, que acumula pérdidas de 60.000 usuarios diarios en los días laborables, y que se compense a los zaragozanos.

En este sentido, ha propuesto modificar las compensaciones que se plantearon en un primer momento, que solo se recogían para los titulares de un abono de transporte, que solo poseen un 17 por ciento de los usuarios, y que se baje el precio a todos los productos -billete sencillo, tarjeta y abono-, para que todos los ciudadanos se beneficien.

Más allá de esta medida, el debate de esta moción ha provocado un tenso rifirrafe entre Teresa Artigas (ZeC) y la socialista Lola Ranera, que se ha extendido a buena parte de ambos grupos.

Todo ha comenzado cuando Ranera, tras responsabilizar a ZeC del origen de la huelga por las expectativas generadas ante una hipotética remunicipalización de servicios, ha respondido a acusaciones vertidas con anterioridad por el equipo de gobierno sobre el pago de despidos de Auzsa con dinero público y ha dicho que en la legislatura precedente no se pagó "ni un euro", que se trataba de una liquidación incluida en los pliegos y ha afeado al gobierno actual por declarar la lesividad del acto y que días después "lo pague".

Por su parte, Artigas ha generado malestar en la bancada socialista al afirmar que entiende que estén "nerviosos" porque "previsiblemente" van a tener que desfilar por los juzgados en los próximos meses, en referencia a la judicialización de este asunto, lo que ha encendido aún más los ánimos entre ZeC y PSOE y ha obligado al alcalde a intervenir.

Por otro lado, la responsable de Movilidad ha reconocido la pérdida de una quinta parte de los usuarios del autobús en los días laborables y ha instado a trabajar "de la mano" para mejorar la calidad del servicio, no solo compensando a los viajeros, sino también adoptando medidas que garanticen mayor calidad en el servicio a medio y largo plazo.

Sebastián Contín (PP) ha acusado a Artigas de acudir a la sesión "sobrada" y le ha asegurado que "tiene más un pie fuera que dentro" del consistorio, además de afear la falta de "gallardía" al no haber traído el asunto de la lesividad al Pleno.

Tras afirmar que el gobierno de la ciudad "ha fracasado" en la gestión de este conflicto y que "no tiene credibilidad", ha reclamado más autobuses en las calles, más allá de la huelga.

Alberto Casañal, de Ciudadanos, ha incidido en que los 105 días de paros parciales no afectan solo a los usuarios del autobús, sino a toda la ciudad, y ha considerado que será necesario invertir en campañas para volver a concienciar a los vecinos para decirles que este servicio "es bueno"