El Gobierno de Zaragoza finalizó ayer la primera ronda de contactos en la que, sin dar excesivos detalles, avanzó uno de sus objetivos prioritarios en la negociación por las ordenanzas fiscales del 2016. Se trata del impuesto de plusvalía, donde se produce una especial sangría en familias que se ven abocadas a acudir a préstamos personales para poder pagar el tributo y no perder la casa que es residencia habitual de quienes la ocupan. El reto es tomar medidas en este tramo y hacer que la actual bonificación ascienda a "lo máximo posible" que permite la ley, de manera que el descuento actual del 45% en los inmuebles con un valor de entre 40.000 y 70.000 euros podría incrementarse en un 30% más, y llegar al tope legal del 75%. Solo para las que son primera vivienda --y única-- y no superan esa cuantía.

Las cifras que arroja este impuesto en los últimos años van en aumento y afectan de forma dramática a muchas familias, que se ven en la situación de tener que afrontar un pago elevado para continuar en sus casas, a costa de acudir a financiación bancaria que le supone, además, más costes para su economía doméstica.

Ante eso, el Gobierno municipal centrará en estos casos su principal modificación y, de hecho, se calcula que el consistorio podría asumir la pérdida de ingresos que esta medida supondría, "unos dos millones de euros" al año, pero con beneficios evidentes para las numerosas familias afectadas cada año.

CASI LA MITAD DEL TOTAL

Los últimos datos globales que se disponen son del 2014 y las cifras son incontestables. Se recaudaron 58,49 millones de euros solo con la plusvalía en el Ayuntamiento de Zaragoza, 13 más que el año anterior y 22,5 más de los previstos en la confección del presupuesto. De ellos, 25,7 millones llegaron procedentes de las 15.118 herencias tramitadas, lo que suponía un aumento del 29% en solo un año.

No son pocos los casos a atender. De hecho, esos más de 15.000 casos, fueron 5.000 más que las 9.858 operaciones de compraventa tramitadas en ese mismo año, y que dejaron para las arcas municipales un total de 28,9 millones ese año. Eran, en este caso, un 20,34% más que en el 2013, cuando se contabilizaron 7.569 operaciones de compraventa.

Otros 1,59 millones de euros se ingresaron procedentes de donaciones, lo que suponía también un incremento del 17,2% con respecto al año anterior. Pese a que el número de casos, 619, eran menos que las contabilizadas en el 2013, 684 en total. Aún así, en cuantía son un apartado casi residual.

Como ya denunciaron algunos grupos municipales --sobre todo Chunta-- estos datos obligaban a una reflexión que ahora todos los partidos tienen que afrontar con la negociación por las ordenanzas fiscales. En ese sentido, requería de un nuevo planteamiento sobre casos concretos como el de las transmisiones mortis causa, en las que en "un 75% de los casos", según destacó el Gobierno socialista a principios de este año, no se beneficiaron de bonificación alguna.

Se trata de un descuento que la ley permite y que, en el caso de la capital aragonesa, deja aún margen de maniobra para abaratar el recibo a los que peor lo tienen para abonarlo siendo esta su única vivienda. Concretamente, ese 75% máximo que ahora sí tienen aquellos inmuebles cuyo valor es inferior a 40.000 euros.

Una decisión complicada pero no la única. Algunos partidos de la oposición tienen en mente otro elemento clave a repensar: el tipo impositivo que aplica Zaragoza para fijar el precio en este tributo, uno de los más altos de España. ¿Se rebajará? De momento no está sobre la mesa esta opción.