El exministro Josep Borrell, presentó ayer en Zaragoza, en una abarrotada sala en el Centro de Historias, su libro Los idus de octubre, en el que hace un análisis de la crisis de la socialdemocracia y también se adentra en la crisis que lleva sufriendo el PSOE desde hace un año, centrando parte de su relato en lo que sucedió el 1 de octubre, día en el que dimitió Pedro Sánchez tras un polémico comité federal del que Borrell fue testigo.

«Escribí este libro en una semana, indignado por el uso de la mentira, es un libro contra la mentira, contra lo que hoy llaman posverdad y siempre le hemos llamado bulo. Se dijeron mentiras muy graves contra Pedro Sánchez», explicó Borrell, que fue presentado por la diputada Susana Sumelzo, que también fue testigo de aquel comité federal y es una de las diputadas que votó en contra de la investidura de Rajoy, y Carmen Dueso, secretaria general de la Agrupación Norte del PSOE en Zaragoza.

Borrell cuestionó los pasos dados por los críticos a Sánchez. «Resulta que un buen día, 17 miembros de la Ejecutiva se levantan decididos a dimitir, sin saber todavía cuáles fueron sus motivos, y se fuerza un comité federal extraordinario que nos lleva al mismo sitio que nos iba a llevar la propuesta de Sánchez, a un congreso para elegir a secretario general». Para Borrell, «es inadmisible que se acusara a Sánchez de un pacto secreto con los independentistas», porque es «mentira» y, «si hubiera sido cierto tendría que haberlo explicado en un comité federal, pero como sabían que no era verdad, nunca se celebró.

Borrell, que dijo que ha intentado escribir este libro sin tomar partido por nadie (aunque apoya a Sánchez) admitió que él fue el primero en plantear una abstención negociada con el PP, siendo que «ni dentro del partido ni fuera querían que gobernáramos nosotros». Pero votó en contra al ser una abstención «gratis». El político leridano, que pidió que la militancia pueda tener más poder de decisión, como lo tenía antes de Suresnes, señaló que el problema del PSOE «no es un problema de liderazgo», sino de una socialdemocracia «en crisis en toda Europa, donde solo gobernamos en Suecia y Portugal, y en muchos países no llegamos al 10%» Y se está en crisis «por no dar respuesta a los problemas actuales, ni captar a la sociedad más informada y más comunicada de la historia. «Los movimientos públicos se comen a los partidos», señaló un dirigente que recordó que no solo Sánchez perdió votos, sino todos los secretarios regionales.