El aumento de las temperaturas, así como la mayor duración e intensidad de las sequías previstas por los científicos, supondrán una reducción en el crecimiento de los bosques. Así lo constata una investigación liderada por el instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) en Jaca.

Para el estudio se han analizado más de 4.000 árboles de 110 bosques del Pirineo y el Sistema Ibérico. A través de ellos se ha determinado que los que están situados más al sur pueden ser más vulnerables y crecer menos con las nuevas condiciones, más secas y cálidas, que han detectado los modelos climáticos. Esta situación afectará especialmente a los sitios más secos y con especies predominantes como el pino albar y el abeto.

«El incremento de periodos secos y el aumento de temperaturas previstos para finales del siglo XXI disminuirán el crecimiento en muchos bosques ibéricos, que se verán sometidos a mayor falta de agua, lo que puede resultar en más procesos de decaimiento y mayor mortalidad» explicó el investigador del Instituto Pirenaico de Ecología, Raúl Sánchez-Salguero.

Asimismo, estos procesos de mortalidad podrán afectar al carbono que los ecosistemas forestales retienen durante décadas y serán liberados a la atmósfera. De este modo, la anchura de los anillos anuales de crecimiento de los árboles cambiará en función del clima.