La recién constituida Brigada Aragón se prepara estos días en el campo de maniobras de San Gregorio para su primer gran compromiso internacional. Se trata de la generación de la fuerza de alta disponibilidad de la Unión Europea, el llamado Battle Group, que se generará en base al regimiento de cazadores de montaña Galicia 64 de Jaca. Precisamente una de las unidades que se han incorporado desde el 1 de enero a la Brigada Aragón, con la reorganización del Ejército de Tierra.

El ejercer de nación marco de la Fuerza Rápida de la Unión Europea es uno de los tres grandes compromisos internacionales de las Fuerzas Armadas para este año, junto con el mando de la operación Atalanta de la OTAN (lucha contra la piratería en el Índico occidental) y el de la agrupación marítima de la alianza atlántica.

en diez días / En el caso de la fuerza de respuesta rápida, el cuartel general de operaciones lo asume el cuartel general de alta disponibilidad del Ejército de Tierra en Bétera (Valencia), pero la punta de lanza operativa la asume el regimiento Galicia 64, con la incorporación de otras unidades incluso de otros países de la UE, como una batería de artillería portuguesa. La fuerza general también cuenta con efectivos italianos.

El Battle Group tendrá que estar operativo durante el segundo semestre de este año, «desde el 1 de julio», según explicaba el coronel Fernando Maté, comandante militar en Huesca, al mando del regimiento. Este grupo no desarrolla una misión permanente durante el semestre, sino que es el encargado de activarse, «en un máximo de 10 días», ante cualquier contingencia que se plantee en la Unión Europea.

Este cometido supone, de hecho, todo un reto para la formación. Según ilustraba Maté, «si vas al Líbano, sabes para qué tipo de adversario te puedes preparar, puedes adiestrarte en el combate de la insurgencia, realizar un entrenamiento específico».

El cometido para el que ahora se preparan (ahora están integrando a las compañías en la estructura, tras haber sido evaluadas y certificadas), por contra, es una permanente incógnita. «Nos pueden activar para cualquier contingencia, desde el cometido más exigente, de combate, hasta la separación de fuerzas o el control de una zona», explicaba el coronel.

De ahí que, en los últimos meses, la brigada se esté formando prácticamente para todo, adquiriendo cuanto menos nociones básicas de actuación en cualquier tipo de escenario. Una versatilidad que va en consonancia con el nuevo espíritu que guía la reestructuración de las brigadas del Ejército de Tierra, que ha supuesto la creación de la Brigada Aragón en la que se encuadran.

Así, el pasado jueves, por ejemplo, los efectivos de la fuerza iban pasando, en turnos rotatorios, por un rápido curso sobre emergencias NBQ (Incidentes Nucleares, Bacteriológicos y Químicos) en el campo de San Gregorio.

Lógicamente no se puede instruir de la noche a la mañana a decenas de expertos en estos incidentes (el regimiento aporta unos 500 hombres, la mitad del Battle Group y un cuarto de la fuerza de la UE), pero sí tienen que tener unas nociones básicas, «por lo menos en cuanto a detección y descontaminación básica de personas y material» en estos accidentes, explicaba el instructor.

CARRERA DEL EBRO / La idea, ampliaba, es que los soldados puedan controlar la gestión inicial de la fuga hasta que puedan llegar unidades completas de expertos que controlen la situación. Y como parte de este entrenamiento versátil, los grupos pasaban igualmente por otra de las instalaciones de San Gregorio para afinar su entrenamiento en combate en población, otro de los múltiples escenarios a los que se pueden enfrentar.

Estos son tremendamente variables incluso en cuanto al destino. No hay más que recordar la intervención de los 90 legionarios españoles en la misión de la Unión Europea del Congo, en el 2006, que en una función similar a la que ahora asumen los cazadores de montaña tuvieron que rescatar a un grupo de diplomáticos atacados en Kinshasa.

Mientras el regimiento se adiestra ante la incertidumbre de su cometido internacional, la Brigada Aragón no se olvida del lado más amable de sus proyectos, íntimamente ligado además con la tierra que ahora le da nombre. La XI Carrera del Ebro ultima sus preparativos para su celebración, el próximo día 26, en colaboración con Unesco Deporte Aragón.

La carrera tiene como aliciente el poder discurrir por terrenos del habitualmente inaccesible campo de San Gregorio, además de las cercanías del galacho de Juslibol. Desde el año pasado incorpora la modalidad de andada, un recorrido asequible de 12 kilómetros para realizar en familia. Las reservas para las distintas modalidades de competición y sus precios se pueden consultar y realizar en la web www.carreradelebro.es. La recaudación va íntegra a proyectos humanitarios en las zonas donde se desarrollan misiones.