Dos niños de Teruel de 5 y 10 años fueron, la pasada semana, víctimas de un brote de tosferina a pesar de que ambos estaban vacunados contra la enfermedad. Así lo indica el boletín epidemiológico de Salud Pública, que subraya, además, que «el retraso en la notificación ha impedido vacunar a contactos y administrar profilaxis antibiótica». En este sentido, las autoridades sanitarias recomendaron «medidas higiénicas para el control del brote» y recuerdan a los médicos la necesidad de «notificar las enfermedades de declaración obligatoria bajo sospecha», expone el boletín.

La tosferina es una enfermedad de las vías respiratorias, altamente contagiosa y causada por la bacteria Bordetella pertussis. Sus síntomas se manifiestan entre siete y diez días después de la infección, e incluyen fiebre, secreción nasal, vómitos y tos. Puede llegar a provocar neumonía, encefalopatías y apnea, en los casos más graves en bebés.

Además, Salud Pública también detectó un brote de gastroenteritis aguda en una residencia de la tercera de edad de la provincia de Zaragoza, con un total de 24 casos -17 residentes (con una tasa de ataque del 28,8%) y 7 trabajadores (tasa de ataque del 21,2%). Los casos presentaron diarrea y vómitos y estos síntomas perduraron durante uno o dos días en el 83% de los casos. Uno de los enfermos, además, precisó asistencia sanitaria en una unidad de urgencias hospitalaria, pero no tuvo que ser ingresado.

Salud Pública expone que el patrón de presentación de los casos sugirió la transmisión de persona a persona. «Se dieron recomendaciones y se mantiene la vigilancia activa de nuevos casos», establece el boletín.

Por último, las autoridades sanitarias también informaron de un brote familiar de intoxicación alimentaria, con 4 enfermos de 10 expuestos tras la ingesta de embutidos adquiridos en otra comunidad. Una afectada requirió ingreso hospitalario por salmonelosis.