El periodista Julio Montes, fundador de la web Maldito Bulo dedicada a desmentir informaciones falsas, explicó en Zaragoza cómo realizan su trabajo, durante unas jornadas sobre fake news organizadas por la Asociación de Periodistas de Aragón.

-¿A la gente le disgusta que le desmientan un bulo?

-Hemos notado que cuando más funciona nuestro trabajo no es cuando señalamos a la persona que mueve la desinformación, que normalmente lo hace sin querer. Funciona mucho más cuando es alguien de nuestra comunidad, normalmente cercano ideológicamente a la persona que lo está difundiendo, que le dice «esto que estás moviendo no es cierto». Por ejemplo, si un independentista está dando pie a un bulo y alguien con un lazo amarillo en Twitter le dice «esto no es cierto, mira el desmentido», funciona mucho más.

-Desde que comenzasteis con Maldito Bulo, ¿Habéis percibido una evolución en el número de noticias falsas?

-A nosotros nos parece que hay muchísimas, pero no puedo decir cuánto había antes de que empezáramos, sobre todo porque no estaba tan pendiente. Lo que sí que hemos visto es, aparte del interés de la gente en que no se la cuelen, que en nuestra comunidad cada día somos más. Eso es fundamental, que cuando se publica un desmentido, la gente lo difunda porque la única manera de parar una desinformación es que el desmentido tenga una difusión parecida.

-¿Hay esperanza entonces?

-Yo soy muy positivo. Veo con todo esto esperanza, porque antes nos la colaban igual y nadie se preocupaba por ello y ahora la gente tiene un poco más de conciencia de que hay un problema. Antes podían desinformar los gobiernos o quien tenía un medio de comunicación; ahora te puede llegar una desinformación de cualquier persona, por las herramientas que hay. Pero también es cierto que ahora mismo, como todo el mundo está interesado, se está creando una especie de vacuna, como una percepción acerca de que no hay que tragarse todo lo que te ofrecen.

-¿La sociedad está, entonces, espabilando en este sentido?

-Yo creo que sí. Por lo menos, nos hemos dado cuenta de que existe un problema y creo que hay cada vez más gente pendiente de que no se la cuelen. Creo que es positivo para la profesión porque es cierto que los periodistas estábamos perdiendo el prestigio y la credibilidad, pero con este problema, la gente va a volver a acudir a medios en los que cree para informarse. Los medios que lo están haciendo bien, van a salir fortalecidos. Y se abre un nuevo campo al periodista: aparte de la verificación, el de la formación, porque en estos momentos también es importantísimo enseñar que no hay que creerse todo, cómo hoy que verificar... y, ¿quién lo puede enseñar mejor que un periodista, que está trabajando con la información?. En otros países ya lo están haciendo, con programas en las escuelas de alfabetización mediática.