Este jueves se cumplen tres años del accidente en el que dos integrantes de la Brigada de Incendios Forestales (BRIF) de Daroca resultaron heridos graves al caer el helicóptero sokol en el que trabajaban en el incendio de Cortes de Pallás, en Valencia. Y el aniversario llegará, salvo sorpresa de última hora, sin que Fomento haya hecho pública la causa del siniestro. El mismo 2 de julio, en el mismo incendio, otro helicóptero de la BRIF de Daroca se estrelló en el embalse de La Forata, mientras cargaba agua, pero este sí fue resuelto en marzo del año pasado, y culpó al piloto.

La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (Ciaiac) publicó en junio del 2013 el segundo informe sobre el accidente no mortal, en el que se indicaba que la investigación estaba "finalizada" y el borrador del análisis ya había sido presentado al Pleno del organismo, para la última fase de ampliación de información. Desde entonces, nada se sabe.

La tardanza no es extraordinaria, es conocida en el sector la calma de la comisión a la hora de publicar los análisis. Pero sí es infrecuente, dado que solo queda por conocer las causas de otro siniestro de ese año, y de uno del anterior. Y es llamativa, ya que han resuelto casos más complejos en mucho menos tiempo.

Lo poco que se conoce hasta el momento son las circunstancias del accidente y los puntos de la investigación. En cuanto a las primeras, el choque se produjo cuando el helicóptero, modelo PZL W-3A (sokol), volaba a ras de suelo buscando un lugar donde aterrizar, en lo alto de un monte, para que los brigadistas colocaran el helibalde en posición de trabajo. El aparato sufrió una pérdida de potencia y realizó un aterrizaje de emergencia en el paraje conocido como Callembaja. En el impacto quedó muy dañado y el piloto y copiloto --de 55 y 36 años, respectivamente-- resultaron heridos graves, aunque sobrevivieron.

Así pues, los técnicos de la Ciaiac investigaron el motivo de la pérdida de potencia, en la cual se rompió el eje de la trasmisión de potencia a la salida de la turbina. Y también la ejecución de las órbitas a baja cota, así como la coordinación entre los tripulantes. Pero estos análisis, teóricamente efectuados desde junio del 2013, aún no han sido publicados.

Fuentes de la BRIF consultadas indicaron que no se inició proceso judicial por este accidente ni por el mortal, ocurrido el mismo día. Y ello pese a que el aparato ya había dado problemas en ejercicios de prácticas realizados semanas antes con los militares. Desde entonces se dejó de trabajar con sokol y se generalizaron los Bell 412 (modelo que se estrelló en el otro accidente), más modernos.

El caso sí fue denunciado ante Inspección de Trabajo, y desde entonces hubo cambios positivos. Por ejemplo, la formación para que la tripulación sepa cortar el suministro eléctrico y de combustible tras un choque. Y desde el año que viene, será obligatoria la presencia de un copiloto en incendios forestales.