El Ayuntamiento de Calatorao ha trasladado al cementerio municipal la placa ubicada en la fachada del templo de San Bartolomé y que rendía homenaje únicamente a los muertos en la Guerra Civil por el bando nacional.

La placa, construida en piedra de Calatorao a modo de lápida mortuoria, se ha colocado ahora en una zona donde están enterrados algunos fallecidos cuyos nombres figuran en la misma. El traslado se produce tras un acuerdo alcanzado entre la parroquia, el consistorio y el Arzobispado de Zaragoza.

La historia de este hecho se remonta a hace más de treinta y seis años, cuando Calatorao inauguró un monolito dedicado «a la memoria de todos sus hijos que perdieron la vida en la guerra civil de 1936-1939».

El acto de inauguración se produjo el día 11 de septiembre de 1981 y al mismo asistieron las autoridades civiles de la localidad, encabezadas por Eduardo Aguirre, alcalde de Calatorao; el presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza de entonces, Carlos Alegre Sero; autoridades de la Guardia Civil y el Gobernador Civil de Zaragoza Angel Luis Serrano. En aquella época la figura de Delegado del Gobierno no existía en España.

El monolito fue la expresión de un acuerdo del pleno del Ayuntamiento de Calatorao, celebrado el 6 de septiembre de 1979, por el que se aprobaba por unanimidad la moción presentada por el alcalde y que era tendente a reconocer a todos los hijos de Calatorao fallecidos en la contienda civil sin distinción de bandos.

RETRASO

En esa misma moción se aprobaba también iniciar las gestiones necesarias para retirar la placa que se acaba de quitar ahora y que presidía la fachada principal del templo de San Bartolomé, en la localidad. Esta rendía homenaje únicamente a los que fallecieron en el bando nacional.

Sin embargo, diferentes circunstancias acontecidas durante todos estos años impidieron que la segunda parte del acuerdo de 1979 se pudiera llevar a cabo y, por lo tanto, han convivido en el municipio tanto el monolito en la plaza de la Diputación como la placa en la fachada del templo. Una vez ejecutada la retirada, a partir de ahora el monolito que homenajea a todos los hijos de Calatorao fallecidos en la guerra civil será el único monumento público en su recuerdo y memoria.

La retirada del anterior ya es una realidad y esto permite cerrar un capítulo de la historia de Calatorao que nunca se debía haber producido.