Los instaladores y los administradores de fincas todavía no dan la voz de alarma, pero la fecha límite se acerca. En una año y medio todos los edificios tendrán que contar con repartidores de calefacción para que cada vecino pague lo que consume. La medida afecta sobre todo a las comunidades de vecinos anteriores a 1998 que tengan calefacción central por columnas. Algunos edificios han comenzado ya la adaptación, pero todavía quedan muchos por emprender una reforma que pretende mejorar la eficiencia energética. La directiva europea 2012/27/UE exige la instalación de repartidores de coste de calefacción en bloques con calefacción centralizada antes del 31 de diciembre del 2016.

El presidente de la asociación aragonesa de administradores de fincas, Miguel Ángel Ruiz Lizondo, reconoce que el proceso se desarrolla lentamente. "Muchas fincas todavía están a la espera de que se publique posibles subvenciones, así que todavía no se han planteado la adaptación", señala. En estos momentos un 75% de las viviendas aragonesas que tienen calefacción central por columnas no ha realizado la adaptación. "Desde la asociación no queremos esperar al último momento para que los vecinos comiencen los cambios", destaca. El ejemplo precedente más próximo es la adaptación de antenas que se realizó con motivo del dividendo digital. Muchas comunidades necesitaron una prórroga que en estos momentos se intentará evitar.

Uno de los obstáculos que se encuentran para llevar a cabo las mejoras es el desconocimiento de los vecinos. Algunos dudan de que la medida suponga un ahorro real (que está cifrado casi en el 20% de la factura, según los expertos) y creen que acabarán pagando más en función del comportamiento de los otros inquilinos. "Al producirse un reparto equitativo del gasto cada familia podrá controlar su consumo, es algo mucho más beneficioso", incide Ruiz Lizondo.

Los instaladores son más escépticos ante la posibilidad de llegar a tiempo a la fecha límite con todos los cambios realizados. "En Aragón no encontramos en este momento suficientes empresas de calefacción para todas las comunidades que se tienen que adaptar", advierte el presidente de la agrupación en Aragón de instaladores CONAIF, José María Marcén. La asociación tiene firmado un convenio con un fabricante de contadores y válvulas termostáticas (Techem). De esta forma todos los asociados pueden pasar su oferta de instalación a las fincas a través de los administradores que les contactan para hacer el cambio. "Hay competencia hasta de otras comunidades y el servicio se está ofreciendo a precios ridículos", reconoce.

SIN OBRAS

Con la modificación las viviendas contarán con un pequeño aparato en cada uno de los radiadores del hogar que se sujetan sin obra a través de tornillos. Este dispositivo permite una lectura electrónica que evitará las molestias de la lectura presencial de otros contadores.

Además, en la caldera central se tienen que instalar nuevas válvulas que permitan adaptar el flujo de agua a los consumos variables de cada casa. Con los nuevos termostatos la calefacción se podrá apagar cuando llegue a la temperatura adecuada. Aquellos vecinos que abrían las ventanas porque en su casa hacía demasiada calor pasarán a la historia o serán ellos los que carguen con el coste de la acción.