Todas las Denominaciones de Origen de vino aragonesas se están viendo afectadas por el cambio climático, que este año ha traído heladas tardías, escasez de lluvias y elevadas temperaturas que han hecho adelantar la vendimia y reducir la producción, lo que se traduce, por contra, en una mejora de la calidad.

La reducción de la cosecha de uva oscilará entre el 7 por ciento que calcula la D.O Cariñena y el 15-20 % que esperan Calatayud y Campo de Borja, como han reconocido los responsables de cada organización.

Las primeras en comenzar la vendimia fueron, a principios de agosto, las bodegas Enate, de la D.O Somontano, a las que ha seguido la de Cariñena, que ha empezado esta semana con blancas y algunas garnachas y que la semana que viene empezará de forma general, lo que supone aproximadamente una semana de adelanto a lo habitual, ha explicado a Efe el presidente del Consejo Regulador, Ignacio Casamitjana.

La previsión de esta D.O es una merma de alrededor del 7 % con respecto a la media de los últimos 10 años y calcula que se recogerán unos 77 millones de kilogramos de uva con una maduración "adecuada" y granos "muy sanos", por lo que esperan una calidad del vino "excelente", ha adelantado Casamitjana.

La D.O agrupa a 32 bodegas y destina el 33 % de la superficie a la variedad garnacha, una uva de gran aceptación en los mercados en la actualidad y que ha supuesto un "ligero" beneficio para esta zona vitivinícola de la provincia de Zaragoza que exporta 53 millones de botellas al año.

Su cliente principal es Alemania, seguido de Reino Unido, EE.UU y Canadá.

La altitud a la que se encuentran los viñedos, 700-800 metros, es una de las principales ventajas de la D.O Calatayud, que tiene la mayor parte de sus viñedos en secano y no sufren ni plagas ni enfermedades, por lo que se trata de vinos "muy ecológicos", pero que, sin embargo, están más afectados por la sequía y la consiguiente reducción este año de la cosecha.

Calatayud espera recoger unos 11 millones de kilogramos de uva, tres millones menos que en 2016, y producir unos 7,5 millones de litros de vino, según ha informado Javier Lázaro, secretario de esta D.O que permanece sin presidente desde las elecciones del pasado mes de julio por falta de candidatos.

Esta zona de producción, que agrupa a dieciséis bodegas, tiene previsto empezar la vendimia a mediados de septiembre, con un adelanto de unas dos semanas, por lo que todavía confían en que las lluvias que se anuncian para este fin de semana contribuyan a engordar la uva y homogeneizar la maduración y mejorar así las actuales previsiones de cosecha.

De las 7,5 botellas comercializadas por Calatayud en 2016, el 85 % se destinó a la exportación, con EE.UU como mercado principal, seguido de los países nórdicos (Noruega, Dinamarca o Finlandia), Países Bajos y Alemania.

Las uvas para blancos, como Chardonay y Moscatel, son las primeras que ha comenzado a vendimiar el Consejo Regulador de Campo de Borja, con un adelanto de entre 15 y 20 días, al igual que ocurrirá con las tintas, que su presidente, Eduardo Ibáñez, anuncia que empezarán a recolectar entre el 8 y 10 de septiembre.

Aunque Borja espera una cosecha entre un 15 y un 20 % menor que el año pasado, ascenderá a unos 30-32 millones de kilogramos, por lo que para la D.O se trata de cifra "buena" dado que la media de esta zona suele ser de unos 24 millones de kilogramos.

Este volumen de uva se traducirá en unos 22-24 millones de litros de vino de buena calidad, el 75 % del cual se exportará a países como EE.UU, Reino Unido, Canadá, Alemania, así como a China y Japón, mercados en auge en la actualidad.

La D.O Campo de Borja, cuyas vides están plantadas a una altitud que oscila entre los 200 y 800 metros, está integrada por 16 bodegas, el 95 % agrupados en cooperativas.

Por su parte, la presidenta del Consejo Regulador de la D.O. del Somontano, Raquel Latre, ha estimado en "algo menos" de 18 millones de kilogramos el resultado final de la actual campaña vitivinícola en el Somontano, que se encuentra a "pleno rendimiento", con una semana de adelanto.

"Hasta ahora -ha señalado- se han recogido alrededor de 5 millones de kilogramos de uva, mayoritariamente de las variedades chardonnay y merlot, y, según me dicen, todo el proceso va muy bien y sin anomalías".

A esta situación ha contribuido, además del calor, la prolongada sequía, que ha favorecido, al igual que en el resto de zonas, que la salud del viñedo sea "perfecta" y que la uva recogida sea de mejor calidad.

Una vez elaborados, los caldos se destinarán de forma generalizada en un 70 por ciento al mercado nacional y en el 30 restante a la exportación, en su mayor parte a Estados Unidos, México y Suiza.

Latre ha valorado el gran dinamismo de muchas de las bodegas, con "muchos proyectos" en cartera referidos tanto a la elaboración de vinos de alta calidad como a la promoción del denominado "enoturismo".