La jueza de Calamocha dejó ayer en libertad con cargos al camionero búlgaro Dimitar M. D., de 46 años, que anteayer fue detenido tras hallarse el martes, en su remolque, a una familia de inmigrantes kurdos. Tras su declaración, la jueza no encontró indicios suficientes de que supiera la carga que llevaba; pero tampoco lo pudo descartar, por lo que le impuso una comparecencia mensual en el juzgado mientras siga investigado por tráfico de personas, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Una visita que, según fuentes jurídicas consultadas, puede realizar donde mejor le convenga, pero en España, lo que puede causarle algún trastorno en el transporte internacional..

El camionero, asistido por el letrado Clemente Peribáñez y con ayuda de un traductor, explicó que salió con una doble carga desde Almería hacia Reino Unido, y cuando la noche del martes paró en la estación de servicio de Ferreruela de Huerva, a descansar, sobre las 3.00 horas, comprobó el precinto de la carga.

Pero a la mañana siguiente, cuando iba a reanudar la marcha, lo vio roto, por lo que dio aviso a la empresa, y esta a la Guardia Civil, que encontró a los inmigrantes kurdos.

El indicio que más claramente apunta a que conocía la carga que llevaba es el hecho de que las puertas estuvieran cerradas, ya que requieren una llave especial. Al respecto, explicó que ha oído «en el gremio» que existen unos moldes de plástico con los que fabricar ganzúas específicas.

En la causa, indicó el abogado, no figura ninguna declaración de los inmigrantes, que no han sido llamados ni como testigos. Por eso, la jueza no puede contrastar la versión del investigado. Y optó por dictar comparecencias mensuales, sin retirarle el pasaporte, hasta que se practiquen nuevas pruebas.

Estas podrían incluir una declaración de los kurdos, pero para ello habrá que localizarlos. Ayer, algunas fuentes apuntaban a que finalmente se habían dirigido a Valencia.