El sumiller zaragozano Manu Jiménez acaba de proclamarse mejor sumiller de España, pues ayer ganó el campeonato de España. Concursó el último y quedó el primero. Con él, son nada menos que cuatro los sumilleres aragoneses que han obtenido este reconocimiento, que les facilita el salto a los premios europeos y mundiales.

El más veterano Raúl Igual -ganador en 2010− sigue oficiando en casa, en Teruel, donde muestra su sabiduría en su restaurante, Yaín; Manu se dedica al comercio, desde la distribuidora de Carlos Valero, donde cata y prueba. Los otros dos han salido a comerse el mundo. Pilar Cavero debe de seguir seleccionando vinos en Lavinia, mientras que Guillermo Cruz cada día resulta más imprescindible en el afamado restaurante Mugaritz.

Cuatro premiados en menos de ocho años, a los que hay que sumar diferentes finalistas. Un reconocimiento al que no resulta ajena, ni mucho menos, la asociación aragonesa de sumilleres, comandada por Pepe Puyuelo y Jesús Solanas, que ha despertado la vocación por la sala en numerosos profesionales de la tierra.

Pues la triste realidad nos muestra que estos profesionales apenas tienen salida en Aragón. Vale que hemos sufrido la crisis, que los restaurantes -incluso los de alto nivel− apenas disfrutan de presupuestos para personal, que hay que ajustar los precios, que muchos clientes no perciben el valor añadido que supone la presencia de un avezado sumiller en la sala.

Pero si queremos presumir de restaurantes de altura, la figura del sumiller resulta imprescindible. Pues no solo eligen y compran los vinos en función de los gustos de la clientela, sino que se ocupan del café, de los tés, de las aguas, de todos esos complementos que convierten una comida en una experiencia inolvidable.

En fin, enhorabuena para Manu Jiménez, que ya fue capaz de emprender aventuras profesionales en Noruega, y para la sumillería aragonesa, una vez más, reconocida antes fuera que en casa. ¡País!