Tras la tormenta llega el momento de hacer el balance de los daños. Los agricultores aragoneses estiman que fueron unas 3.000 hectáreas las afectadas por el viento, la lluvia y el granizo del pasado viernes. Las zonas con más daños se concentran en los Monegros, el Bajo Cinca y el valle del Ebro. Los peritos de Agroseguro llegaron ayer a las plantaciones para valorar las pérdidas y los pagos que recibirán los agricultores. Según señaló el secretario general de UPA, José Manuel Roche, esperan que en pocos días se decidan los porcentajes y puedan comenzar los pagos. "Esperemos que suceda como en otras ocasiones y los afectados cobren pronto", indicó.

Las reuniones entre los agricultores afectados por el granizo y los vientos, los responsables sindicales, alcaldes y técnicos de las cooperativas se han sucedido durante el fin de semana. En la jornada de ayer fueron convocados en Valfonda. El presidente de Araga, Jorge Valero, expresó la necesidad de mantener el contacto entre todos los afectados "para dinamizar la gestión de las posibles ayudas".

Las organizaciones agrarias coinciden en que los seguros son el único modo existente de prevenir una situación que se repite varias veces cada año. "El agricultor que no apuesta por un buen seguro acabará perdiendo toda la cosecha", aseveró Roche. Por este motivo reclaman un cambio en la política sobre esta herramienta de prevención respecto a la que se ha llevado en los últimos años. "Se han recortado mucho las subvenciones para la contratación de seguros agrarios y esto pone en riesgo la viabilidad de muchas explotaciones", advirtió.

Según Valero, una vez que se conozcan los detalles del peritaje, también se podrá acceder a otro tipo de ayudas. "Los daños en las instalaciones agrarias o ganaderas podrían necesitar aportes directos", avanzó. Desde UPA Aragón indican que en muchos casos también será necesaria la reducción de algunos impuestos. "Nuestra organización reclamará compensaciones para los agricultores, entre ellas, la reducción de los módulos fiscales", explicó. Además, en el caso de edificios dañados en los cascos urbanos o en el caso de explotaciones que han quedado muy dañadas para poder trabajar se necesitaría la exención del IBI o estudiar préstamos públicos bonificados que permitan que los agricultores retomen la actividad económica. "Con motivo del veto ruso para la fruta ya se están aplicando medidas similares", expresa Roche.

CASCOS URBANOS

Además de en las explotaciones agrarias, la tormenta también generó múltiples daños en los cascos urbanos, especialmente en Pina de Ebro o Quinto. La DPZ se comprometió a reparar el tejado del pabellón de Tierga, completamente agujereado tras la granizada. Por su parte, el alcalde de Graus, José Antonio Lagüens, aseguró que pedirán diversas vías de ayuda al Gobierno central, al de Aragón y a la DPH. El municipio altoaragonés sufrió daños considerables en sus accesos, en la red de alcantarillado y en la de iluminación.