Un sinfín de historias envuelven al cáncer, pero ninguna es igual. Cada batalla contra esta cruda enfermedad traza caminos diferentes que cambian la vida de los pacientes y todos ellos coinciden en que, la pelea, deja una huella imposible de borrar en su día a día.

Pese al difícil momento que supone padecer, superar o recaer de un cáncer, esta situación no está reñida con tener pareja, hijos, formar una familia y desarrollar una vida normal, como la de cualquier otra persona. Enamorarse no está prohibido para un enfermo, esté recién diagnosticado, en pleno tratamiento o libre de células malignas. De hecho, contar con alguien al lado, además de la propia familia, ayuda a superar parte del trance.

EL PERIÓDICO, con motivo del Día Mundial del Cáncer que se celebra hoy, 4 de febrero, recoge la historia de dos aragoneses que superaron, cuando apenas eran unos niños, la enfermedad y, a día de hoy, son «plenamente felices» con sus parejas sentimentales y sus pequeños. «Cáncer y amor son dos palabras que pueden encajar a la perfección», seguran. Ellos, como otros pacientes, son muestra de esa sinergia.

CAMPANADAS

Por otro lado, el hospital Royo Villanova de Zaragoza se sumó ayer a la iniciativa de la Fundación Músicos por la Salud de instalar una campana en el centro para anunciar cada batalla ganada al cáncer. También Martín Martín, junto con la asociación contra el cáncer genital y de mama (Amac Gema) y el Zaragoza CFF se unen en la campaña solidaria Nos sumamos al Rosa. Por último, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) ha organizado varios actos hoy. Entre ellas, zumba en María de Huerva; spinning en el Inacua La Granja o presencia de voluntarios en el partido del Tecnyconta Zaragoza.