A lo largo de la historia algunas canciones han sido el himno de movimientos sociales, haciendo que éstos sean recordados por una melodía. El vídeo ‘Manifestación por la limpieza del Ebro’ no nació con el objetivo de convertirse en el sonido de la Plataforma de afectados por las inundaciones del río Ebro pero sí con ánimo de ponerle ritmo a las peticiones de los vecinos de la ribera. Cuatro días después de su publicación, ya son muchos los que tras escucharlo no pueden parar de tararear su estribillo.

“Cada uno quería poner algo de su parte para apoyar a los afectados por la riada. Mientras pintábamos pancartas para la manifestación de mañana decidimos hacer algo nuevo”, declara Ángela Irún, la creadora del vídeo. Esta joven de 17 años, vecina de Novillas, estudia Bachiller y canta jota desde pequeña en el grupo La Fiera de Zaragoza, por lo que recurrió a sus dotes artísticas para aportar su granito de arena. “A mi casa no entró agua porque está en medio del pueblo pero al afectarle a familiares y a gente conocida te afecta a ti también”, apunta. Junto a Vanesa Sofín, otra joven profesora de la localidad, pensaron en versionar una canción en la que recoger el sentir generalizado de sus vecinos.

Descartaron la opción de recurrir al folclore aragonés, ya que un grupo de alumnos del colegio del pueblo hizo lo mismo, llegando a cantarle una jota al consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Modesto Lobón, en una de sus visitas a la localidad con motivo de las inundaciones. Optaron por versionar una canción conocida de y actual de Paulina Rubui para influir en el sector más joven de la población. “Nos estamos jugando el futuro de los pueblos y esto es muy grave”, expresa con rotundidad Sandra Díez, representante de la Plataforma de afectados por las inundaciones del Río Ebro. “Se van a tener que ir si seguimos así”, apunta con resignación otra de las representantes del colectivo, la abogada y también vecina de Novillas Asunción Bustillo.

Debido al latente malestar que domina Novillas desde que el Ebro se apoderó de sus calles y dada la necesidad de transmitir el pensamiento de su población, un par de horas y la ayuda de dos familiares fueron suficientes para idear la letra de la canción y grabar las imágenes. “Barajamos la opción de versionar ‘La macarena’ por Los del Río”, declara entre risas Ángela Irún.

PLATAFORMA DE AFECTADOS

A finales de febrero, tras la primera inundación de este año y antes de que vinera la “riada madre”, como califica Sandra a la última y más dañina crecida del Ebro, ella y Asunción decidieron crear una plataforma en Facebook para comunicarse con los vecinos. Dada la trascendencia y utilidad de esta red social, creyeron encontrar en ella el soporte más adecuado. Ambas sufrieron en primera persona la intensidad de la riada. En casa de Sandra el nivel del agua alcanzó los 70 centímetros y en la centenaria vivienda de Asunción entró por primera vez desde que está construida. “Si el agua llega hasta allí es porque no puede circular por el cauce del río. El agua no miente. Cuando ves tu casa devastada tantas veces las fuerzas se agotan. Decidimos crear un evento fruto de la desesperación para que al menos la gente pudiese expresar sus opiniones e informase del ritmo de la riada porque no sabíamos nada”, explica Asunción Bustillo.

Este canal ha sido utilizado por los vecinos de todos los pueblos de la cuenca del Ebro para compartir fotos sobre el avance del río, impresiones e inquietudes sobre el mismo. Las fotos en las que el agua era la protagonista han dado paso a solicitudes de ayuda e imágenes con el barro como decorado común pero, sobre todo, a canalizar las ganas y la fuerza por defender toda una vida arrastrada por el Ebro. “La gente ha utilizado esta página apolítica para informarse simplemente. No tenemos ningún interés electoral como ya se nos ha acusado”, matiza la abogada, quien admite haber recibido llamadas de presión y rechazo hacia esta formación por parte de algunos cargos políticos.

La manifestación del domingo, convocada a través de este evento en Facebook, estuvo secundada por miles de vecinos. A modo de protesta, algunos de ellos acudieron con la prenda que más usaron durante lo sucedido: las botas de agua.

Sandra Díez y Asunción Bustillo, se encargaron de enviar cartas a todos los municipios de la cuenca, desde Reinosa a Deltebre, a los seis presidentes de las comunidades autónomas afectadas (de los que no han recibido respuesta) y a muchas asociaciones informándoles de la manifestación. “Queríamos animar a la gente a que no se quede en casa, a que saliese a la calle. Que no pensaran que va a ir el otro”, incide Bustillo. Más de nueve autobuses y coches particulares acudir a la protesta.

Desinteresadamente, dos jóvenes de Novillas se encargaron de imprimir en su imprenta los carteles de la manifestación diseñados por una amiga de Sandra Díez. Al mismo tiempo, otros los pegaron por la mayor parte de pueblos posibles e incluso otro vecino ha comprado más de 400 silbatos para repartirlos entre todos y hacerse notar. Se trata de personas que habiéndolo perdido todo en algunos casos, se han unido más que nunca para alzar la voz en defensa de lo que han ido consiguiendo a lo largo de toda su vida.

PREVISIONES

El debate sobre la veracidad de las previsiones sigue candente. Rotundamente, Sandra Díez afirma que “se podía haber prevenido. Actualmente el avance tecnológico es muy amplio. Lo peor de todo es que te intenten engañar sabiendo que tenían unas previsiones de las que no nos informaron. Estuve tres días sin cambiarme de pantalones porque no podíamos entrar”. A ello, Asunción Bustillo añade que “hemos tenido la sensación de que hemos estado tomados por el ejército al haber venido la UME. Han hecho una labor impresionante. Era una sensación de estar en medio de una catástrofe. Hay madres que se lamentan de que sus niños jueguen a ver como viene la riada o la excavadora. Se acostumbran a la tragedia. En Novillas no pueden jugar en el parque porque últimamente está siempre cogido por el agua y emocionalmente es muy duro”. Bustillo explica que “ahora estamos en la situación contraria. Nos avisan de puntas de crecida que no llegan porque saben que han fallado. Se están yendo al otro extremo”.

Respecto a las especulaciones sobre las razones de las inundaciones, Sandra Díez, declara que “a pesar de todo lo que tienes que vivir te echan más encima. Tienes que demostrar que no has hecho nada malo, que no hemos edificado ilegalmente y que pagamos nuestros impuestos”. De igual modo piensa Asunción, que explica que “se quiere cambiar el texto de la historia. Estamos hablando de casas que no invaden el cauce. Siempre han estado allí y nunca les ha entrado el agua. Estamos a más de 700 metros del cauce del río. El río está sobre elevado. No se limpia”.

Y DESPUÉS DE LA RIADA, ¿QUÉ?

“Cuando ves que el agua domina tu hogar lloras de impotencia al ver arruinada tu casa en cinco minutos sabiendo el esfuerzo que les ha costado a tus padres conseguirla. Sabes que no puedes entrar como si nada cuando el agua baje. El problema es el después. Mi casa sigue estando destartalada tras mes y medio. Tenemos césped artificial en la primera planta porque tuvimos que quitar el parquet. Ahora sale la humedad y seguimos mirando al río”, explica Sandra Díez, que se desplazó a su localidad en cuanto fue avisada por su padre de la envergadura de la crecida. Y es que, el Ebro ya no inunda sus casas pero las consecuencias de ello seguirán presentes mucho tiempo. A propósito de esto, Ángela Irún apunta que “mi tía tiene la casa llena de grietas como consecuencia de la riada aunque no le entrara agua y el consorcio no se las puede cubrir porque no es daño directo”. Indignadas, ambas representantes de la plataforma, explican que algunos de los afectados han recibido ofertas de seguros para cobrar las ayudas a cambio de pagar cuotas durante tres años. Algo que califican de “inhumano”.

La manifestación es tan solo un paso más en los muchos que tienen planeados. No piensan quedarse de brazos cruzados y se niegan a aceptar impasibles la espera. Como ellas, todos los vecinos de los municipios de la ribera, que miran al río, el que les daba de comer y al mismo tiempo se lo quitó todo, deseando recuperar la normalidad en sus vidas.