El ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, anunció que durante el año que viene preparará un nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN), planteado "desde la racionalidad" pero que no excluye "ninguna posibilidad", y en el que primará "la participación público-privada" ante la falta de fondos europeos en comparación con los que se podrían haber aprovechado en las obras del anterior, derogado con el cambio de Gobierno.

En una entrevista concedida a Europa Press, el ministro Cañete explicó que desde enero se revisará el Pacto Nacional del Agua como paso previo a eliminar las "aberraciones" derivadas de la derogación del anterior PHN por parte de los socialistas, entre las cuales enmarcó las desaladoras. "Todo el Mediterráneo está salpicado de desaladoras cuyo agua nadie quiere utilizar por el coste extraordinario que tienen de funcionamiento", aseguró el ministro.

DESALADORAS

Cañete se despachó a gusto con la política hídrica de sus predecesores: "Podían haber pensado primero el costo, segundo estimar la demanda y luego, derogar el Plan Hidrológico Nacional. Pero aquí, primero se deroga el PHN, se optó por las desaladoras, que ahora yacen muertas de risa y tendremos que arreglar ese problema que es otro de los grandes problemas heredados", añadió.

La planificación del nuevo PHN debería estar terminada este año, un proceso que según Cañete va "muy bien", pero en el que tendrá que superar las polémicas derivadas de los ríos más problemáticos, como el Tajo, el Júcar, el Segura y, por supuesto, el Ebro. El ministro aseguró que "no excluye ninguna posibilidad" --aunque no habló directamente de trasvases--, pero aseguró que se hará de forma racional, estudiando los recursos hídricos de las cuencas con criterios científicos. Unos criterios, eso sí, que no parece que vayan a coincidir con los que siguieron sus predecesores.

Porque, según puso como ejemplo, Cataluña prendía para el Ebro unos caudales ecológicos que hubieran obligado a recortar los usos actuales de la cuenca en un 3%, un volumen de agua que "no han existido nunca, ni cuando no había pantanos", aseguró.

Al ministro parece molestarle la intervención de las comunidades autónomas en la regulación, ya que achacó las polémicas de los planes a que "todo el mundo, los estatutos de autonomía, las reservas de agua, los caudales ecológicos han hecho muy complicadas las cosas".

El ministro también valoró como "novedosa" la técnica del fracking para la extracción de gas el subsuelo, de la que dijo que deberá dictar una regulación horizontal la Unión Europea. Por parte española, aseguró que los proyectos estarán sujetos a una "estricta evaluación de impacto ambiental" y se tendrán en cuenta los precedentes.