Mientras los diferentes gobiernos se debaten en si estamos asistiendo a un momento de recuperación económica en toda España, las cifras de la pobreza siguen siendo incontestables. Y la escasa agilidad con la que se tramitan y conceden las ayudas se traducen en datos como los que ofrecieron ayer los responsables de Cáritas en Zaragoza, que a la hora de hacer balance de su actividad destacaron ayer que si el año pasado se gastaron de media diaria 5.257,54 euros, en lo que va de 2014 esta cuantía es "más de 7.000", por lo que los 1.918.930,02 euros que se dedicaron en el 2013 desde esta fundación a socorrer a los más necesitados puede que siga aumentando en este ejercicio. Y sus recursos no son ilimitados, ni tan importantes como los que pueda ofrecer el Gobierno de Aragón o el Ayuntamiento de Zaragoza, por lo que su memoria sirve, un año más, de toque de atención a las instituciones.

Así lo destacaron ayer tanto el director de Cáritas Diocesana en Zaragoza, Jaime Sanaú, como su secretaria general, Cristina García Uriel, en la presentación de la memoria del año pasado en el que se consolida una tendencia creciente. Más familias necesitadas de ayuda (4.357 en su primer semestre y 10.212 personas atendidas, y un aumento en el que, es significativo, el 52,4% de los solicitantes ya es de nacionalidad española. Son mayoría en una lucha contra la exclusión que tradicionalmente se ha asociado a la inmigración.

UNO DE CADA CUATRO

Pero son más los indicadores que preocupan a Cáritas y que sus responsables achacan al retraso en la tramitación administrativa de las ayudas públicas. Tales como los 1,9 millones destinados el año pasado a ayudar a las familias supone triplicar los 663.321,26 que se daban en el 2010, hace cuatro años, y por seis los 314.362,9 euros del 2007, antes de la crisis. No es casualidad, destacaron, que las estadísticas oficiales digan que el 4,44% de la población aragonesa (58.373 personas) sufra lo que se denomina pobreza severa o que el 21,73% (285.584) esté en riesgo de padecerla. Son uno de cada cuatro habitantes en la comunidad autónoma.

También preocupa que el 49% del dinero dedicado por Cáritas a socorrer a las familias, en el 2013, fue para alimentación, mientras que para vivienda, representando el 37% del total se ha multiplicado por tres con respecto al 2011. Mientras, el 3,5% fue para atención sanitaria o ayuda farmacéutico, cuyo importe se ha incrementado en un 176% con respecto a hace tres años. Un 5,5% va destinado a educación.

Con respecto a la alimentación, la evolución es alarmante en este mismo periodo desde el 2011 al 2013. El año pasado fueron 5.195 y una cuantía de 940.319 euros, pero estas mismas cifras representan un aumento del 87% en las peticiones atendidas y un 90% en el dinero dedicado a satisfacer esta necesidad básica.

Un crecimiento que preocupa como el referido a la denominada pobreza energética, para gastos esenciales que se han incrementado en un 156,9%. O como la exclusión social que se sufre en el medio rural, que Cáritas ha comprobado que "se ha duplicado en el último año", una tendencia que debería significar, a juicio de García Uriel, una "llamada de atención".