--Recuerdo perfectamente cuando le entrevisté para irse. ¿Se arrepiente?

--¡Todo lo contrario! He estado 379 días en la Antártida y no me importaría volver.

--¿El día más caluroso?

--Se batió el récord histórico de calor el día de Navidad del 2011 y fueron 12 bajo cero. En verano teníamos una media de 25 bajo cero y en invierno unos 60 bajo cero. La temperatura más baja fue en julio, 76 bajo cero.

--¿Estaba animada la estación científica?

--El ritmo de vida es muy similar a cualquier ciudad; la gente trabaja y el fin de semana organiza otras actividades. En verano estábamos unas 200 personas y en invierno 50. En invierno, después de la cena, teníamos partidos en nuestra cancha cerrada o bien se proyectaban películas o se jugaba a la play station.

--¿Vieron el triunfo de la Roja?

--No vimos nada en directo porque no había tele. Tenemos internet unas 12 horas al día... Los satélites no alcanzan lo suficiente.

--¿Estaban chicos y chicas?

--Trece mujeres en invierno y 37 hombres, de todas las edades. La cuarta parte de personal científico y el resto eran dos doctores, personal de cocina, mantenimiento... La gente que hace posible que la vida sea cómoda allí.

--¿Lo más duro?

--El haber dejado a mis dos hijas en casa; aunque hablaba por teléfono con ellas no es lo mismo. La pereza de tener que taparse tanto para salir, sobre todo en invierno. En verano, con 20 bajo cero, era un buen día, podías salir en vaqueros. Y era desagradable estar pendiente de las alarmas.

--¿Y eso?

--Nuestra labor allí era para asegurarnos de que el detector funcionaba perfectamente, porque si no se dejaba de tomar datos. Fuera a la hora que fuera teníamos que recuperar el detector.

--Mantenía un blog.

--Sí, y una página en Facebook. Ha habido muy buena respuesta, al principio de gente conocida, y más tarde con visitas de todo tipo. Ha supuesto un gran apoyo moral, especialmente durante el invierno.

--Parece ser que las noches allí son especiales.

--Cuando está despejado es un cielo desconocido. Tienes muy visible la Vía Láctea, las nubes de Magallanes. No es imaginable para alguien que vive en una ciudad. La atmósfera es muy limpia y no hay luces artificiales.

--¿Va a repetir?

--Mi intención es encontrar un trabajo por aquí, pero si no lo hallase podría volver a pedir ese destino.