--¿Cómo y por qué nace la Asociación reacción ante el acoso escolar de Zaragoza?

--Las personas que la integramos hemos pasado por el problema del acoso escolar, ya sea en nosotras mismas o en nuestros hijos. Vimos que había necesidad de crear una asociación para atender a las familias que estuvieran pasando por esto porque sabemos cómo se vive y lo solo que te sientes. Están surgiendo asociaciones de este tipo en toda España, pero es la primera en Aragón integrada por familias afectadas. Somos personas que han pasado por esa experiencia. Soy psicóloga y la secretaria, Cristina Monclús, abogada y mediadora escolar. Ambas cofundadoras.

--¿Qué es el acoso escolar?

--El acoso es violencia, no un juego de niños como se ha venido tratando hasta ahora. En él están implicados varios actores, como el acosador, la víctima y los observadores. Se trata de buscar la paz en las aulas educando a todos estos actores en valores fundamentales porque el acosador no tendría la importancia que tiene si no tuviera sus seguidores.

--El Departamento de Educación presentó recientemente un plan integral contra el acoso escolar. ¿Participaron en él? ¿Cómo lo valoran?

--Nos reunimos con responsables del departamento de Educación y ellos tomaron nota de nuestras valoraciones, como la importancia de los observadores, que hacen que el acosador se venga arriba y sentirse líder. Hemos estado en Educación, aunque estamos todavía pendientes de que nos llame la consejera, pero ya hemos participado en numerosas mesas, comisiones de expertos y en actuaciones destinadas a acabar con el acoso.

--¿Quién sufre el acoso escolar?

--Todos los casos se parecen. Se trata de niños a los que hacen sentirse diferentes al resto por cualquier motivo, ya sea por ser nuevos en la escuela, hijos de padres separados, o diferentes en cuanto al físico o a la forma de pensar. Toda la familia lo sufre, ya sea implicándose activamente o en silencio.

--¿A qué edad se produce o cuál es la etapa más delicada?

--Estamos recibiendo casos de primero de Infantil y eso nos preocupa mucho porque es la primera socialización del niño fuera del ámbito familiar. Los adultos a veces etiquetamos a otros niños delante de nuestros hijos, decimos que tal niño está gordito y nuestro hijo lo absorbe y lo reproduce.

--La consejera asegura que la situación en Aragón no es preocupante. ¿Comparte esta apreciación?

--Es bastante preocupante. Es algo de lo que hasta hace un año no se ha hablado mucho y se han vivido casos en soledad porque no se han sentido apoyados. No se está tratando como acoso muchos casos que sí lo son, en muchos casos no se abren protocolos de actuación, no se escucha adecuadamente a las familias y el recurso fácil está siendo cambiar de centro a los niños acosados, revictimizándolos a ellos y a sus familias. Pero esta no es la solución ya que, probablemente, sin una terapia adecuada, no se integrarán en el nuevo colegio.

--¿Qué deben hacer unos padres ante un posible caso de acoso?

--Lo primero, hablar con los niños de forma distendida todos los días. Preguntarles qué es lo mejor y lo peor que les ha pasado. Hay que vigilar los cambios en las conductas y ver cuándo está triste, menos comunicativo, si no se relaciona bien, si se vuelve agresivo o huraño. Nosotros estamos para atender todos los casos y tratar a la familia porque está desorientada. Hay que actuar con eficacia, inmediatamente ponerlo en conocimiento del centro y hablar con el tutor. Si se ha hecho ya de forma verbal y no se han producido cambios ni el centro ha hecho nada al respecto, es necesario hacerlo por escrito y sellado para que quede constancia.