Un joven trabajador de una carpintería en Huesca, agraciado con el "gordo" de la lotería, ha dicho hoy a Efe que tuvo una "corazonada" cuando oyó por la radio, mientras conducía su furgoneta, que el premio había caído íntegramente en Huesca. "Llamé enseguida a mis hermanas y no me cogían el teléfono y entonces la corazonada fue a más", ha explicado "David".

El número 58.268, agraciado con el premio "gordo más gordo de la historia", cuatro millones de euros, ha sido vendido íntegramente por la Administración de Loterías número uno de Grañén (Huesca), situada en la deprimida comarca de Los Monegros, pero está muy repartido en Huesca capital.

El "gordo" de Navidad fue vendido al hostal asador "Esperanza" y el bar "Carlitos", de Huesca capital; el bar "Boira" de Tardienta y a la Asociación de Amas de Casa de Sodeto. Numerosos décimos del "gordo" han sido vendidos en el restaurante hostal "Esperanza", situado en las afueras de Huesca y cerca de un polígono industrial, al que acuden buen número de trabajadores, ha explicado a Efe, el hijo del dueño, que sólo se ha identificado con su nombre de pila, Francisco.

Francisco ha señalado que se han vendido "décimos completos", no participaciones, y han sido adquiridos tanto por trabajadores, jubilados y otra clase de personas. David ha sido uno de esos agraciados y ha señalado que tanto sus padres, hermanas y otros familiares, algunos de ellos de Bilbao, tienen números del premio gordo, cuya cuantía destinará "a tapar agujeros", pero no los suficientes para dejar de trabajar.

Las imágenes en el "Esperanza" eran las habituales en estos casos: alegría, abrazos y champán para celebrar la suerte. Otro agraciado, un jubilado que no ha facilitado su nombre, ha dicho que se enteró de que el "gordo" había caído en Huesca cuando daba de comer a sus perros en una granja cercana y comprobó con alegría que era uno de los agraciados.

El jubilado ha explicado a Efe que había comprado en Grañén varios décimos que repartió con sus amigos y familiares y acudió de nuevo a la localidad agraciada a comprar más décimos para ampliar el círculo de los ahora agraciados. Una de las personas con las que compartió el "gordo" fue con un amigo residente en Blanes (Barcelona), propietario de una cadena de panaderías. El hombre ha señalado a Efe que no ha pensado aún qué va a hacer con el dinero del décimo que se guardó. "Pagaré algunas cosas, pero no tengo una idea clara de lo que haré con el resto", ha señalado.