«Un gran paso hacia la solución de la Casa Azul». Así consideran los comuneros la decisión acordada en su última asamblea, celebrada el pasado 24 de enero. En ese encuentro acordaron por unanimidad comenzar las gestiones necesarias para desbloquear la situación existente y enquistada durante los 15 años transcurridos desde su demolición.

Acordaron que la junta rectora iniciará contactos para buscar empresas interesadas en una permuta. Esa opción permitirá que aquellos comuneros que no estuvieran interesados en la construcción puedan vender su participación.

Mientras que aquellos que quieren volver a tener su inmueble (piso, local o garaje), puedan adquirirlo según las condiciones pactadas con la empresa constructora. De esta forma todos los comuneros pueden ver satisfechas sus aspiraciones.