Si pensaba que lo había visto todo en lo que a decoración navideña se refiere es porque no ha estado en la casa de Jorge García Monzón. Más de cien papá noeles, tres tío vivos, un salón de baile en miniatura, un tren sobre un pueblo reducido a escala, un botijo convertido en belén y otros muchos elementos visten cada rincón del hall y del salón de su domicilio, situado en el barrio zaragozano de San Juan de Monzarrifar.

"Todo comenzó cuando me casé con mi esposa hace 16 años. De lo rudimentario de entonces a lo que es ahora hay una gran diferencia", explica este dentista de profesión de 47 años que pretendía continuar con la tradición navideña de su familia. Primero fue un belén, luego un árbol de Navidad y así hasta conformar el escenario de figuras, ornamentos e innumerables adornos que pueblan el interior de su vivienda.

Algunos de los objetos los ha creado él mismo, otros los ha comprado en tiendas de todo a cien o en sus viajes por Centroeuropa, "de donde coge --asegura-- algunas de las ideas". "Lo más importante ahora es hacer algo que se pueda guardar, porque en la bodega no me queda sitio". Y es que cada vez que Jorge se dispone a recrear su pequeño universo tiene que realizar una pequeña mudanza. "Tardo siete días festivos, mañana y tarde, para montarlo y quitar todo lo que tengo en el salón, que es mucho", dice orgulloso, aunque reconoce que "es una verdadera paliza". "Pero me divierte y se ha convertido en mi hobby", añade, además hace las delicias de sus tres hijas Marta, Beatriz y Pilar, de 15, 14 y 6 años, "sobre todo de la más pequeña que me acompaña en todo lo que hago".

Casitas de madera, un belén con fachada azul de estilo aragonés, una corona de guirnaldas que cuelga del techo, una torre al estilo de Praga hecha con las varillas de una sombrilla... Todo sin olvidar un detalle: "Hay un espacio que le llamo el Santa Claus National Park, que es un bosque lleno de árboles, setas y renos, y a los cuadros les quita el lienzo para ponerles un motivo navideño".

De momento no ha pensado en presentar su obra a un concurso, pero el reconocimiento de los suyos no le falta. "Sobre todo es la atracción de los hijos de mis amigos" que visitan su casa como si de una exposición navideña se tratará.